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La Pilara denuncia los robos y el abandono que sufre la urbanización
BADAJOZ

La Pilara denuncia los robos y el abandono que sufre la urbanización

Los daños más graves se localizan en la antigua central lechera y en un transformador eléctrico que ha sido saqueado en dos ocasiones

EVARISTO FERNÁNDEZ DE VEGA

Miércoles, 13 de noviembre 2013, 09:01

El colectivo vecinal que representa a los vecinos de La Pilara ha pedido reunirse con el alcalde de la ciudad, Francisco Javier Fragoso, para plantearle la necesidad de que los solares libres que salpican la nueva barriada construida junto a la carretera de Madrid sean adecentados.

La petición ha sido planteada por el representante vecinal, Emilio Maqueda, quien ha llamado la atención sobre el deterioro que están sufriendo algunas de las infraestructuras construidas y otras que ya existían en el entorno, un problema que se ha agravado al entrar en concurso de acreedores Urvicasa, la promotora de viviendas que levantó esta urbanización a la que se accede desde un vial que parte de la rotonda donde está el concesionario de la marca Ford.

El principal lunar se encuentra en las instalaciones que ocupó en el pasado la cooperativa lechera Coolex. Hasta hace unos meses, la nave se encontraba en condiciones aceptables, pero los buscadores de chatarra se han llevado la cubierta metálica y ahora sólo quedan en pie las paredes de ladrillos.

Los vecinos aseguran que hace pocos días se produjo un accidente en el interior de esa construcción al precipitarse una persona desde la cubierta, a la que había subido para robar materiales. Ese accidente ha puesto de actualidad el problema que supone un edificio en el que se acumula gran cantidad de basura.

Emilio Maqueda lamenta la imagen que ofrece esa nave arrasada por los cacos, flanqueada a uno de sus lados por otra vivienda en mejor estado que es ocupada por una persona a pesar de que la casa no cuenta con los servicios básicos.

El catálogo de problemas se amplía con un importante desnivel de más de 10 metros creado por las máquinas excavadoras que trabajaron tiempo atrás en un solar donde se iban a levantar viviendas. A causa de la crisis, la obra se ha paralizado y ahora sólo queda el desnivel. «Quienes vivimos en la parte alta pedimos que se haga algo, porque el corte está muy cerca de una de las calles y existe el riesgo de que pueda caer algún niño si sufre un despiste».

Desde la zona elevada de la urbanización también se aprecia el deterioro paisajístico que sufre La Pilara. En varias zonas han sido arrojados escombros y restos de obra que afean el paisaje.

Esos cascotes llaman más la atención porque la promotora de La Pilara hizo las obras con gusto y creó espacios verdes que se encuentran en buen estado de conservación. «Nos preocupaba el deterioro que habían sufrido algunas farolas y papeleras, pero últimamente parece que el Ayuntamiento las ha repuesto».

La Policía Local también dio una respuesta satisfactoria cuando identificó a los autores de los desperfectos que se produjeron en la zona de juego ubicada en la parte más alta de la urbanización. «Cogieron a los chicos y los denunciaron, en ese sentido no tenemos queja», destaca Maqueda.

Transformador saqueado

Otro de los problemas se encuentra en el transformador construido en la parte baja. Por dos veces han sido robadas las puertas y las arquetas, por lo que el cableado es accesible. «No sé de quién es ni a quién abastece, porque a nuestro barrio no le da electricidad, pero está muy mal».

En las inmediaciones de esa caseta eléctrica también es frecuente ver a personas que arrojan restos de obras, un problema que afecta también al entorno de la antigua central lechera. «En nuestro barrio viven muchos policías y guardias civiles, pero te buscan las vueltas para actuar sin que los vean», lamenta el portavoz vecinal.

Otra de las quejas ha sido planteada por Jesús Bueno, un vecino que ha detectado varios defectos en la urbanización. Entre ellos figura el que afecta a una torreta de alta tensión que parece estar sufriendo problemas de sujeción. Dos de sus patas se han levantado y los vecinos utilizan pedazos de baldosa a modo de testigo para detectar nuevos movimientos de tierra.

A Jesús Bueno le preocupan también los corrimientos de tierra provocados por las lluvias en distintas zonas de la urbanización. Cree que hay zonas en las que no está suficientemente asentado el suelo, por lo que podrían producirse problemas en el futuro. «Es muy llamativa la grieta que ha aparecido en el carril de servicio del vial de subida. Da la sensación de que debajo hay un hueco».

El colectivo vecinal espera tener la oportunidad de plantear estas inquietudes al alcalde de la ciudad para que el Ayuntamiento busque soluciones. «Las cuestiones mejorables son muchas, pero lo que más nos preocupa es que ni tan siquiera contamos con los servicios mínimos. En el barrio viven ya entre 800 y 1.000 personas, pero no tenemos servicio de salud, no hay colegio, no hay guardería y tampoco contamos con locales comerciales porque no hay un espacio previsto para abrirlos. Echamos de menos una farmacia, un bar y una panadería», concluye Maqueda.

Los vecinos también reclaman un mejor servicio de autobuses, una acera en la carretera de Madrid para poder llegar a la ciudad sin sufrir riesgo de atropello, y un local municipal donde poder reunirse.

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