

Secciones
Servicios
Destacamos
ÍÑIGO DOMÍNGUEZ
Domingo, 17 de noviembre 2013, 11:32
Esta periodista de 43 años, con cuatro hijos, alucina con la polémica que ha suscitado en España 'Cásate y sé sumisa'. «¿En español suena tan fuerte?», pregunta. Cree que es un malentendido. En Italia, hace dos años, el libro despertó curiosidad y estaba en la sección de humor, como una especie de Bridget Jones católica. El punto de vista de los creyentes entra de modo natural en el debate público italiano. En España no, y el título sí suena un poco fuerte.
- ¿Puede explicarlo bien?
- Es de San Pablo. Dice a las mujeres que sean sumisas a sus maridos y a ellos, que estén dispuestos a morir por ellas. Esta frase antes no me gustaba y comprendo la aversión por la palabra 'sumisión' de quien no hace un camino de fe. El tótem moderno es la autodeterminación, nadie quiere oír que debe obedecer. Mi segundo libro aconseja «morir por ella», pero no hay quejas. Morir sí, pero no obedecer. San Pablo ve el defecto femenino en el deseo de control, una cualidad que a menudo se usa mal. Manipulan, no permiten que los demás sean como son. Y cuando una mujer saca su dulzura, su humildad, saca lo mejor del hombre.
- ¿Entonces cree que son todas unas brujas?
- No, la idea cristiana es que en cada uno hay una batalla del bien y el mal. He visto esa raíz del mal en las mujeres, en mí: el perfeccionismo, querer que mi marido haga lo que digo. El defecto del hombre es el egoísmo y la mujer lo desactiva si deja de controlarle.
- Tampoco ve muy bien al hombre: en crisis de virilidad, inmaduro, tirado ante la tele, no escucha, no ayuda en casa...
- El hombre antes se refugiaba en la caverna y ahora en la tele o el ordenador. Algunos rasgos son masculinos y otros, femeninos. Las teorías de género no lo aceptan, dicen que todo es cultural.
- ¿Condiciona su visión la forma de ser de los hombres y las mujeres en Italia?
- Puede, y he simplificado, pero creo que el libro tiene semillas de verdad. Lo han comprado 40.000 personas y muchos me dicen que ha salvado su matrimonio.
- En España el título choca porque se llevan muchos años denunciando la violencia doméstica y suena a contraorden: sufrir y callar.
- La igualdad de dignidad del hombre y la mujer es algo tan obvio que es una locura pensar que lo ponga en duda. Yo no hablo de violencia ni a todas las mujeres. Hablo de mi experiencia y de la gente que conozco, y gracias a Dios en ese entorno no hay violencia. Si acaso el riesgo es que la mujer sea dominante, que se acorace para afrontar las dificultades del mundo laboral. Veo más mujeres endurecidas que mujeres víctimas. Entiendo la reacción en España, aunque no es correcto juzgar el libro sin leerlo. Lo entiendo en mujeres de más edad que lucharon por sus derechos. A mi madre, que ha estado en casa porque lo imponía la sociedad, el libro también le ha costado.
El 'timo' del feminismo
- Título aparte, su punto de vista es interesante. Dice que el feminismo ha timado a las mujeres, que hoy no ven amenazada su autonomía y que muchas preferirían, hartas del trabajo, estar con sus hijos.
- Yo trabajo y no seré quien aconseje a las mujeres quedarse en casa, pero hemos pagado un precio altísimo. El mundo laboral sigue pensado para hombres o gente sin familia. Diez horas fuera de casa impiden una buena atención a la infancia. Debemos luchar por fórmulas adecuadas. Y los sueldos se han empobrecido. Otro timo: para vivir ahora hacen falta dos. Por otro lado, la liberación sexual ha banalizado las relaciones. Estoy rodeada de amigas y amigos solos, infelices, aunque han sido libres de vivir todo lo que querían.
- En su manual apenas menciona el sexo. ¿No es importante?
- Es fundamental, pero yo soy muy púdica, no me sale hablar de ello. Pero no creo que vivirlo libremente nos haga tan felices. Es sano que Dios prevea tiempos que respetar, que cada relación esté abierta a la vida... Muchas parejas han seguido métodos naturales 30 años y aún se desean. Son métodos razonables, enseñan que no siempre es posible satisfacer el deseo y eso lo aumenta.
- ¿Para qué complicarse tanto si con el preservativo es lo mismo?
- Porque así se deja abierta la puerta a la iniciativa de Dios.
- Si se empeña en tomar la iniciativa, el preservativo puede fallar.
- Pero si tomas medidas estás diciéndole a él que no.
- ¿Por qué Italia y España, tan católicos, tienen la natalidad más baja del mundo y en otros países es normal tener muchos hijos?
- En parte porque no hay medidas de apoyo de los gobiernos. Pero dudo que Italia sea un país católico. Ser católico ha significado ser burgués, lo contrario de lo que debería significar ser católico, arriesgarlo todo, no ser egoísta. Los más duros de convertir quizá sean los que van a misa y creen ser creyentes.
- ¿Por qué cree que el católico ha perdido credibilidad en público? Sus ideas a menudo son desdeñadas o causan réplicas hostiles.
- Han perdido peso en la vida política porque son, somos, poco creíbles. No somos atractivos, deberíamos evangelizar por atracción. No tanto decir 'ven a misa' como intrigar por vernos tan alegres, y que pregunten «cómo lo haces, qué 'droga' usas».
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Multas por las gallinas 'sin papeles'
El Diario Montañés
Publicidad
Publicidad
Recomendaciones de HOY
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.