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¿Qué ha pasado hoy, 7 de abril, en Extremadura?
La fachada del edificio, una vez acabadas las obras. :: CASIMIRO
Una fachada de cristal en lugar del andamio
BADAJOZ

Una fachada de cristal en lugar del andamio

Termina la rehabilitación del edificio que obligó a colocar durante dos años una gran pasarela metálica en la calle San Juan

ROCÍO ROMERO

Lunes, 18 de noviembre 2013, 08:17

Una amplia cristalera es lo que más llama hoy la atención en el número trece de la calle San Juan. El mismo edificio que obligó a colocar un andamio que prácticamente cortaba la calle, ha recuperado gran parte del aspecto que tenía a finales del siglo XIX.

La rehabilitación está ya acabada y se pueden apreciar las características del inmueble. El arquitecto Manuel Casado asegura que se ha recuperado su primera fachada al dejar al descubierto las dobles columnas de fundición que sirven de soporte del edificio. Tan solo tres adornos posteriores se han conservado y se pueden ver en la fachada. Son dos volutas planas y una fila de granadas en altorrelieve que recuerdan al antiguo comercio que allí se ubicaba, la tienda de modas y taller de confección La Granadina.

Este edificio fue protagonista en varias ocasiones entre 2010 y 2012. El 21 de mayo de hace tres años, este bloque y el aledaño, ambos vacíos, se vinieron abajo. El derrumbe supuso un susto monumental para vecinos y transeúntes, que escucharon un estruendo enorme en el corazón del Casco Antiguo. Días después del desplome, el Ayuntamiento colocó un sistema de apeo para sujetar al edificio apoyado sobre unos bloques de hormigón. Más de un año después, los arquitectos Manuel y Susana Casado diseñaron la estructura exterior que sujetó la fachada del inmueble con una pasarela para proteger a los peatones. Durante dos años, las cofradías no pudieron desfilar por esta mítica calle que un día fue el centro neurálgico de la ciudad.

Uno de los problemas que encontraron los promotores y los arquitectos para recuperar el inmueble fue la protección de esta fachada que ya se puede apreciar. El catálogo de bienes inmuebles del Casco Antiguo recoge que este edificio tiene protección C, lo que significa que debían conservarla. A pesar de su catalogación, se trata de una fachada que incumple el patrón típico de la zona histórica, en cuyos edificios existe mayoritariamente una ventana cada tres metros. «En este caso se rompe el módulo y existe una ventana cada 2,20 metros. Es una proporción con demasiado hueco con respecto al macizo», explicó el arquitecto en su día. Esta peculiaridad convertía la fachada que se encontraron los arquitectos en «anómala y débil». De hecho, Manuel Casado considera ahora probado que «se trata de un caso único en la arquitectura comercial de la ciudad». «Es uno de los pocos edificios, creo que el único, donde las columnillas sustituyen los muros», insiste.

El arquitecto también destaca que se da cierto protagonismo a la calle Montesinos -«que prácticamente ha quedado como una calle trasera», destaca- a través de esa fachada con una gran cristalera en la planta baja.

Durante la reforma han añadido una planta más al inmueble. El edificio ha quedado como un bloque de cuatro alturas con siete viviendas, garaje subterráneo y ese local comercial.

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