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ESTEFANÍA ZARALLO
Viernes, 29 de noviembre 2013, 10:47
Con él llegó la revolución. Se convirtió en un símbolo de España en la década de los 60 y pasó de ser un niño de la posguerra con una infancia compleja al número uno del toreo. Sus festejos televisados colapsaban el país como lo hizo la final del Mundial de Fútbol de Sudáfrica en la que la selección nacional se proclamó vencedora. Se construían plazas, se colgaban los carteles de 'no hay billetes' tarde tras tarde y su rostro fue tres veces portada de la prestigiosa revista 'Life'. Manuel Benítez 'El Cordobés' marcó un antes y un después en la mentalidad de un país que comenzaba a despertar. Ahora, su vida se repasa de manera detallada en un documental, 'Y no llevaste luto por mí', que se estrena esta noche, a las diez y cuarto, en La 2 de Televisión Española.
Alberto Esteban, director del documental -que ha sido escrito por Fernando Gil- relata cómo le atraía al figura del diestro andaluz, no solo como torero, sino como uno de los personajes importantes y relevantes de los años 60 en España. Un joven de aspecto aniñado que movilizó a miles de personas. «Fue uno de los españoles más conocidos fuera de nuestras fronteras y un icono del país en esa década», afirma.
¿Cómo lo logró? Su talento y ambición fueron determinantes, pero también la campaña de marketing de su apoderado, 'El Pipo', al que Alberto Esteban compara con un 'pícaro' de los que se pueden encontrar en la literatura del Siglo de Oro. Manuel Benítez había nacido en 1936 en Palma del Río (Córdoba). Su madre, Ángeles Pérez, era jornalera y falleció en 1941, de anemia. Su padre, el camarero José Benítez, murió poco después en las cárceles franquistas, dejando huérfanos a sus cinco hijos, que pasaban las dificultades de la gran mayoría de personas en la posguerra.
'El Cordobés' decidió ser torero y le dijo a su hermana mayor la mítica frase: «O te compro una casa, o te visto de luto». Y le compró la casa, con las 80.000 pesetas que cobró tras torear una novillada.
Y es que, Manuel Benítez triunfó como novillero. Antes de tomar la alternativa ya había conquistado a toda España y parte del extranjero. En parte, gracias a 'El Pipo'. «Todo lo que hacía 'El Cordobés', su apoderado lo sabía vender muy bien. Decoraba toda la Gran Vía de Madrid con fotos suyas, no le importaba mostrar imágenes de las cornadas y de sus operaciones quirúrgicas para que la gente se fijase en lo que hacía aquel hombre. Le cortaba las orejas a un toro y lo sacaba a hombros aunque no las hubiese concedido el presidente», enumera el director.
Ambos eran conscientes de lo que suponían para el país. Más aún tras la confirmación de su alternativa en 1964, la primera corrida de toros retransmitida en directo por Televisión Española, en la que sufrió una cornada y que sirve de eje para narrar su vida en el documental. Con ese día se inicia y termina 'Y no llevaste luto por mí'. «Esa tarde fue un aldabonazo en su carrera. A partir de ese día surgió 'El Cordobés' como leyenda», sentencia Esteban.
Una leyenda que le llevó a ser considerado el quinto Califa del toreo cordobés, tras 'Lagartijo', 'Guerrita', 'Machaquito' y Manolete. Supuso un antes y un después en el devenir de la fiesta. «Él siempre fue el número uno y cuando él surgió, creció el interés por la tauromaquia, compartiendo cartel con un gran plantel de figuras del toreo. Entre todas ellas, el que tiraba del carro era 'El Cordobés'. Con su salto de la rana y sus detractores, pero era el número uno y consiguió ser millonario con su toreo. Tanto así, que iba pilotando su propia avioneta a las corridas», sentencia Esteban, que considera que llevó muy bien su negocio y supo rodearse de gente que le ayudó. Entre los aficionados también despertó un gran interés. La década de los 60 fue la de la revolución y los cambios sociales. En todos los países surgieron iconos o figuras que simbolizaban el cambio como The Beatles o Kennedy.
'El Cordobés' era el representante de España de esos iconos de la cultura del mundo. De hecho, tuvo buena relación con algunos de ellos e incluso estuvo a punto de compartir una película con los Beatles. «Pero según cuentan tanto 'El Cordobés' como otras personas, no llegaron a un acuerdo económico porque pretendían repartir los beneficios a partes iguales, y el torero les dijo que él tenía que dividir su parte con los miembros de su cuadrilla, por lo que al final el proyecto se paralizó, aunque no su buena relación, pues siguieron siendo amigos», apostilla.
Para los españoles, 'El Cordobés' también fue un mito. La gente se veía reflejada en él. «Su padre había sido represaliado por Franco, no tenía un duro, había surgido de la nada y tenía un aspecto muy juvenil, con cierto aire de rebeldía. Representaba también un poco el sueño americano», relata Alberto Esteban, que considera que al analizar un personaje de la historia contemporánea, el documental no solo será atractivo para los aficionados a los toros, sino para el público en general.
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