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A. GILGADO
Martes, 10 de diciembre 2013, 11:31
Cuatro días. Eso es lo que ha tardado el río Guadiana en estancarse en el tramo urbano de Badajoz.
La Confederación Hidrográfica del Guadiana anunció el pasado jueves cinco de diciembre que abría las puertas del azud de la Granadilla - a pocos metros del club del piragüismo- para bajar el nivel del río.
Cuatro días después, apenas se mantiene la corriente en el tramo urbano, entre los puentes han emergido isletas o rocas y cuesta moverse con la piragua sin dar con la embarcación en el suelo.
El descenso se debe al final de las obras del paso para peces que la Confederación construye desde hace meses en el salto de agua que hay a pocos metros de la caseta del club de piragüismo.
La nueva escala para la fauna del río permitirá a las carpas superar el desnivel del salto con más facilidad, sin agotamiento.
En su construcción, los técnicos han tenido que trazar una presa de tierra temporal (que técnicamente se llama ataguía) junto a la fija de hormigón por la que los camiones y operarios han accedido sin problemas. Ahora que ya se está terminando la nueva escala, Confederación inicia hoy la retirada de la ataguía y para hacerlo necesita que el nivel en este punto esté bajo mínimos. La brecha abierta deja en seco el salto y permite cruzar de un lado a otro del río por un sendero inundado habitualmente.
Desde Confederación no dan una fecha concreta para la restitución normal del caudal. En una nota aclara que se han abierto para la ataguía, pero no especifica cuánto tiempo van a tardar en retirar la tierra compactada que parte en dos al Guadiana.
El azud de la Granadilla ejerce de llave siempre que Confederación necesita alterar la conducción por obras o limpieza en el tramo urbano. Desde que se inició en 2008 el macroproyecto de reordenación del cauce ha tenido que secar el curso en varias ocasiones. En la fase de tala de matorral y árboles junto a las orillas o la construcción de los pesquiles también se abrió.
Ahora se vuelve a la misma maniobra y los primeros que lo notan son los piragüistas que practican entre los puentes porque el descenso brusco deja el Guadiana innavegable.
La construcción de esta escala de remonte se enmarca dentro de la obra general que se hace en el río desde hace cuatro años.
Aunque lo más visible se encuentre en el parque y las pistas de la Margen Derecha, el presupuesto de más de 30 millones también da para actuaciones menos vistosas como la reconstrucción del azud de la Pesquera, que llevaba años roto o la mejora del de la Granadilla.
El remonte lo forman una sucesión de pequeños estanques de hormigón que ejercen de escalones horizontales hasta ascender por completo el desnivel.
Con esta obra, el salto tendría ya tres pasos distintos para la fauna. Uno se construyó hace treinta años en el lado izquierdo y otro en el derecho a finales de los noventa.
La nueva infraestructura tiene cien metros de longitud, abarca mucho más espacio que las otras dos y se diseñó para ser más efectivo, según explicaron en su día desde Confederación.
El trazado se ha inspirado en uno que encargó la Junta de Extremadura para el río Jerte.
Medición
Confederación actuará también en Caya para tener allí un nuevo medidor de caudal.
Actualmente, el agua que lleva el Guadiana se mide en el azud de la Granadilla, pero han optado por mejorar este servicio y tener una información más concreta del agua que pasa al lado portugués.
Un acuerdo entre los dos países compromete a España a informar puntualmente a su vecino del aforo que pasa al otro lado de la frontera.
La estación de aforo de la Granadilla, nombre técnico del instrumento, no era la más idónea en los caudales bajos porque era demasiada larga, cuatro cientos metros. Ahora se trabaja para hacer una en Caya, cerca de la zona de graveras.
La información que ofrece permite a los organismos que gestionan las cuencas tomar decisiones en épocas de inundaciones o sequías.
En el caso de Badajoz, por ejemplo, calcula con exactitud la altura que coge a su paso por el tramo urbano cuando se alivia en la presa de Montijo.
El medidor de Caya identifica también la afluencia que aportan al río los arroyos que nutren antes de que el río entre en la ciudad por la carretera de Cáceres y la que sale por la frontera.
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