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A.S.O.
Miércoles, 18 de diciembre 2013, 09:50
Los maestros belenistas de la Unión de Cofradías y de la Hermandad de la Pasión se han vuelto a superar. Sus nacimientos no solo destacan por la amplitud, sino por la originalidad de diseños y nuevos elementos. Con conceptos diferentes -cada uno sigue su línea historicista o naturalista- sorprenden un año más a mayores y pequeños. La Pasión inaugura esta mañana el que monta desde hace 12 años para el Ayuntamiento, en el centro cultural Las Claras. Las cofradías abrieron el suyo el viernes en el templo de Santo Domingo.
Éste mantiene los 80 metros cuadrados pero ha cambiado el mar de Galilea por una representación del templo egipcio de la isla de Filé, dedicado a Isis. A orillas del Nilo, cuenta estatuas de los principales dioses, paseo de esfinges, grandes obeliscos, el cortejo de Nefertiti y un pueblo nubio de la época con casas, graneros y escenas tradicionales.
«El belén de este año representa el Nilo y no es un anacronismo como piensa alguna gente, porque a él se llega después de ver la escena de la huida a Egipto», explica el belenista Juan Roco. «A mí, agrega, me gusta darle un cierto sentido y ser fieles a la historia». Se completa el nacimiento con desierto, desfiladero, castillo de Herodes, valle con río de agua corriente y pueblo tradicional con huertos y estampas costumbristas, además de las religiosas de la Anunciación, llegada a Belén, nacimiento en el portal, encuentro de los Reyes Magos y huida a Egipto que sirven para hilvanar el itinerario. El trabajo para crear este belén empezó en verano con la construcción del nuevo pueblo egipcio y templo. Lo han montado una docena de personas.
La aridez de Judea y Egipto del belén de las cofradías se vuelve sierra agreste y recogido valle, río, lago con espectacular cascada de agua -como referencia a las sierras del Valle- en el belén de la hermandad de la Pasión. Con el corcho y las plantas como protagonistas, este año es espectacular su altura. Unos cinco metros de montaña nevada, construida a base de corcho y plantas naturales, acogen una cueva que permite que los visitantes contemplen el belén desde dentro. Al nacimiento se asoman por la abertura creada en la sima, detrás justo de la cascada y lago. «Es la primera vez que se puede estar dentro del belén para verlo», destaca Jesús Miguel Esteban. Una perspectiva llamativa para un gran nacimiento en el que no faltan el pueblo con sus estampas tradicionales y escenas religiosas como el portal, la matanza de los Inocentes, o la anunciación a los pastores. Además de desierto con Reyes, jaimas y oasis.
Con 300 figuras y más de 80 metros cuadrados, el belén de Las Claras tiene la peculiaridad de poder ser admirado también desde la galería alta del claustro. Montado por más de una docena de entusiastas que han trabajado duro, incluida la sección de Juventud Cofrade. «Nuestro belén es todo artesanal y el agua un elemento fundamental», explica Fernando Sánchez, miembro de la Junta de gobierno que ha cooperado de pleno en el montaje. De lo meticuloso de su labor dan idea las perspectivas de cada una de las vistas del pueblo, las composiciones de figuras o la iluminación que destaca, con colores distintos, las escenas religiosas. Lo más laborioso fue montar y cubrir la montaña de corcho y vegetación. Y agradecen la colaboración del edil, Ángel Custodio, y del encargado municipal de Obras.
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