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MANUEL M. NÚÑEZ
Miércoles, 11 de diciembre 2013, 09:37
Arrancó a las 9.35 horas con el debate y los diputados no se levantaron de sus asientos hasta las 12.52. Sin embargo, esas casi tres horas y media que duró el pleno de presupuestos de la Diputación de Cáceres no sirvió para que las cuentas se aprobasen por unanimidad. La puerta del consenso la abrió hace solo unas semanas el vicepresidente y diputado de Infraestructuras cuando aludió a los primeros contactos con el grupo socialista. Fueron unas conversaciones que terminaron en vía muerta a tenor de lo que se vio ayer en una sesión extraordinaria de la que salió «el presupuesto más inversor de la historia», tal y como lo definió en el corolario final el presidente, Laureano León.
Minutos antes los votos del grupo popular tumbaron la enmienda de la oposición que abordaba varios cambios de partidas. Era la propuesta definitiva del PSOE hacia un consenso que resultó imposible. 2,7 millones separaron a los dos principales partidos de darse la mano y cerrar el presupuesto de algo más de 115 millones de euros por unanimidad. 197 minutos después, los 25 diputados abandonaron el salón del Palacio Provincial por separado o en corrillos, muy lejos de las fotos de familia que dejan los grandes acuerdos en política. No fue el caso.
«Hemos perdido una oportunidad histórica de tener unos presupuestos consensuados», se lamentaba el portavoz socialista, Miguel Ángel Morales. Su compañera y portavoz adjunta, Rosario Cordero, admitía que la diferencia estaba en el destino de esos 2,7 millones que se detallaban en la enmienda presentada.
«Aplíquese el cuento sobre lo de perder una oportunidad histórica», fue la respuesta del vicepresidente y diputado de Hacienda, Rafael Mateos. Planteaba el grupo socialista en el documento presentado que Diputación rebajase a los ayuntamientos la obligación de cofinanciar en un 15 por ciento del total las inversiones que reciben dentro de su plan general de obras.
La Corporación provincial asumía, de esa forma, 1,77 millones, a los que se sumaban otros 54.000 euros del plan de pedanías. A su vez, los socialistas pidieron crear un programa de eficiencia energética por importe de 800.000 euros e incrementar la adquisición de fondos a bibliotecas municipales en 101.624 euros.
En total, los 2,7 millones de la discordia debían salir, entre otros apartados, de partidas como la de Presidencia «que ha aumentado a tres millones de euros», según el PSOE.
«La enmienda es una excusa para votar que no», sentenció el presidente. Laureano León elevó la cifra real de inversión hasta los 60 millones de euros «que se van a ejecutar». Se refería a los algo más de 40 millones previstos en los distintos capítulos para 2014 y los 18,2 millones del plan bianual, que tendrá continuidad en 2015.
Siete de cada 10 euros de esos más de 40 millones se destinan a dos programas principales: el plan de carreteras, que tendrá un impulso hasta llegar a los 10,88 millones, y el citado plan general de obras para los municipios. El informe de Intervención menciona la desaparición de las subvenciones estatales a este tipo de planes en los presupuestos generales de 2014. Tampoco se tiene prevista, incide, la cofinanciación de la Junta de Extremadura al PIEM, plan de infraestructuras eléctricas. Rafael Mateos pidió que constase en acta que habrá un plan de eficiencia energética para los pueblos de 1,2 millones a principios de año.
PSOE y PP sí aprobaron por unanimidad el plan general de obras y el plan de pedanías, así como el reglamento del servicio de gestión de residuos de la construcción.
Por contra, el grupo socialista también se opuso a aprobar la nueva relación de puestos de trabajo (RPT) que regirá para los más de 900 empleados públicos.
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