Vecinos de San Roque recogen juguetes para los niños del barrio

En el pasillo de la juguetería Bustamante de Ricardo Carapeto llama la atención una caja de cartón forrada con papel de colores y un cartel con un lema de lo más ambicioso: 'Ningún niño sin juguetes'.

Detrás de ese deseo se encuentran varios jóvenes del barrio que decidieron organizar una campaña solidaria hace meses.

La idea se empezó a gestar en septiembre caundo se acercaron hasta la parroquia de su barrio, San Roque, para hacer donaciones económicas para comprar juguetes a las familias que atiende Cáritas. El párroco les dijo entonces que campaña de juguete como tal no podían organizar porque no tenían manos para hacerla.

En los últimos años centran todos sus esfuerzos en responder al aumento de la demanda de familias necesitadas. A falta de gente para ponerla en marcha, ellos mismos han querido dar el paso. El párroco les puso en contacto con varias catequistas de la iglesia para ayudarles y se pusieron manos a la obra en noviembre.

Dicen que públicamente no quieren ni aparecer en los medios porque quieren descargar la visibilidad en quienes ceden los juguetes y no en quien los recoge. Quieren que todo se haga con discrección y huyen de la filosofía de otras iniciativas similares donde los promotores toman más protagonismo, en este caso, cuentan, ni tan siquiera habrá un acto oficial de entrega de regalos.

La idea pasa por acudir a la lista de la parroquia donde se registran todas las familia que se beneficial del reparto de alimentos y entregarles en las próximas semanas juguetes junto a los lotes de comidas, de esta manera, los niños pensarán que los regalos vienen de los padres.

Cáritas parroquial de San Roque atiende a 170 familias que viven en gran parte de las donaciones y ayudas caritativas. Los organizadores aclaran que la cabeza visible sigue siendo la Cáritas parroquial, porque ellos se han sumado como voluntarios para que la organización pueda, de forma simultánea, entregar juguetes y comidas a los más necesitados del barrio.

Para las donaciones han tirado de contactos. Todavía no se ven con respaldo ni experiencia sufuciente para organizar una recogida más multitudinaria. Si este año la experiencia resulta satisfactoria, esperan crecer para la próxima edición y no centrarse sólo en San Roque.

Este año han colocado cajas para donar en varios comercios del barrio y en los colegios Luis Vives, Compañía de María, Maristas, Tomillar y Puerta Palmas.

Piden juguetes nuevos o seminuevos y agradecen la acogida que la iniciativa ha tenido en los centros. Ahora tienen que hacer una selección y asignar a cada padre las donaciones en función de la edad de los hijos.

Una iniciativa similar a la de estos voluntarios de San Roque llevan haciéndola hace años en el colegio Los Glacis de Valdepasillas, próximo al gimnasio Puerta Palmas.

La presidenta de la Ampa, Gabriela Alviz, recuerda que empezaron hace cuatro años. A los padres le mandan una circular en la que le piden su colaboración.

El primer año fue bastante decepcionante porque se entregaron muchos viejos o en mal estado, por eso ahora piden nuevos o seminuevos. «Lo que no quieras para ti, no lo quieras también para otros», aclara la presidenta de la Ampa.

En las primeras ediciones repartían la donación entre las parroquias y la guardería de la barriada de Llera, pero en las dos últimas ocasiones los los destinatarios fueron los niños del centro de acogida de menores San Juan Bautista. Desde la Ampa preguntaron si a los niños acogidos les vendría bien y en el centro acogieron la iniciativa.

El día 18 termina esta campaña en los Glacis, pero otras asociaciones como hermandades de Semana Santa o agrupaciones carnavaleras también planean iniciativas similares.