Los bloques antiguos de la Paz sufren cambios bruscos de potencia de la luz

Los problemas con la luz vienen de lejos en la barriada de la Paz. En los pisos más antiguos de la avenida del Perú, la que conecta Valdepasillas con Antonio Masa Campos y Colón, se sentían hace años cambios bruscos de tensión que quemaban bombillas y electrodomésticos de algunas casas.

Las incidencias remitieron, pero en las últimas semanas han vuelto a reaparecer. Las consecuencias las han notado, sobre todo, en el bloque número seis de la avenida.

En el bajo de este edificio vive Luisa Guerra y Antonio Gañón. Llevan una semana sin agua caliente ni cocina porque la acumulación del pasado martes les quemó la caldera conectada a la red y la vitrocerámica nueva.

El primer susto se lo llevaron el miércoles cuatro de diciembre. Ese día, a las nueve de la mañana, Antonio se percató de que la nevera se movía como si centrifugara. En pocos segundos se salió de su hueco.

Por el ruido que escuchó supuso que se trataba de una subida de tensión como la de otras veces. Comprobó los electrodomésticos y sus sospechas se confirmaron cuando la caldera y la vitrocerámica no respondían.

El seguro le pagó los daños y le instalaron los dos elementos dañados, pero a las 24 horas de estrenarlos notaron de nuevo como la luz del pasillo parpadeó durante medio minuto. Otra subida de tensión y las mismas consecuencias. Desde entonces siguen sin poder cocinar ni bañarse. El seguro les ha dicho que de nuevo se hacen cargo, pero temen que también les dure pocos días y a la tercera vez ya no respondan.

Antes de reponerlos, Luisa y Antonio han reclamado a la compañía elétrica por si sufren alguna anomalía en la red. Dicen que ha puesto ya dos o tres reclamaciones en las oficinas de Endesa de Valdepasillas.

Sus vecinos también notaron las dos subidas de tensión que dañaron su caldera y en el bloque de al lado también lo confirman.

María José García vive de alquiler en el número ocho y explica que a casa llegan de forma casi impercetibles. De vez en cuando la luz pierde fuerza, pero a los treinta o cuarenta segundos la recupera. Lo mismo le sucede a sus vecinos del piso de al lado. En este bloque, recuerdan, no sufren daños ni contratiempos, aunque se dan con frecuencia. La última avería reseñable por la tensión fue hace varios cinco o seis años, cuando se fueron algunas televisiones.

En la avenida creen que las incidencias tienen relación con el transformador subterráneo de la glorieta de Galicia, junto a las pistas deportivas.

Luisa y Antonio viven a pocos metros de la estación sospechosa y más de una vez han visto a técnicos trabajando. En la compañía confirman que tras las inicidencias presentadas por algunos usuarios han revisado el tendido de la avenida y no han visto ninguna avería.

En el transformador tampoco han econtrado nada que pudiera explicar lo que ocurre en bloque número seis.

En Endesa aclaran que muchas veces estos fenómenos tienen más que ver con las instalaciones de los edificios que con la de la calle porque en los inmuebles antiguos se mantiene materiales y acometidas originales que dan problemas con el paso de los años. En el caso de Luisa, su problema se agrava porque vive en un bajo. La misma subida de tensión que daña sus electrodomésticos se siente como un apagón momentáneo en el segundo piso.

Entre salón, cocina y las tres habitaciones necesita más de 40 bombillas cada año porque le duran pocas semanas. En los últimos días ha pedido a varios técnicos que revisen el cableado de su casa y dice que incluso los de Endesa le han medido la corriente que entra. Le han propuesto poner en su casa un limitador de potencia que automáticamente corrige los cambios bruscos, pero no sabe si podrá afrontar el gasto.