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ISABEL URRUTIA
Jueves, 26 de diciembre 2013, 01:05
El 'hombre-araña' se ha pegado un trompazo de campeonato en Nueva York. Todavía más triste porque es su ciudad natal, donde el superhéroe se gana la vida como fotógrafo en el periódico 'Daily Bugle', al tiempo que mantiene a raya a rufianes y mutantes (como el Duende Verde) de todos los colores. «¡Qué mediocridad! ¡Qué infantilismo! El musical de 'Spiderman' va dirigido a críos de doce años como mucho. Son los únicos que pueden disfrutar del argumento y de la banda sonora. No tiene ningún aliciente para el público adulto», soltaba Ben Brantley, crítico teatral en 'The New York Times' con motivo del estreno oficial, allá por junio de 2011.
El próximo 4 de enero, como no ocurra un milagro, caerá definitivamente el telón del espectáculo más caro de la historia de Broadway. El teatro Foxwoods -un espléndido auditorio en plena Gran Manzana- se las prometía felices y apostó fuerte por el personaje de tebeo. Con un presupuesto de 75 millones de dólares, no escatimaron golpes de efecto -hay 27 secuencias aéreas- ni artistas de campanillas que sirvieran de reclamo. Se esperaba que los acordes supuestamente 'cool' de Bono y David Howell Evans (alias 'The Edge') sirvieran para dar marcha al asunto, sobre todo a la hora de hacer caja. Pero el fiasco estaba cantado. Ya acumulan pérdidas de entre 60 y 85 millones de dólares.
No hay superpoderes que valgan cuando el público no está dispuesto a pagar entre 70 y 400 dólares por entrada. De unos ingresos en taquilla de millón y medio de dólares a la semana se ha pasado, de golpe y porrazo, a poco más de 742.000. Dicen las malas lenguas que ahora el compositor inglés Andrew Lloyd Webber (autor de los musicales con más éxito de todos los tiempos, 'El fantasma de la ópera' y 'Cats') anda por ahí frotándose las manos delante de los productores de Broadway.
El trastazo de 'Spiderman' revalida la preeminencia y rentabilidad de un genio que, a sus 65 años, acaba de presentar 'Stephen Ward' en el West End de Londres al módico precio de 15-67 libras (18-80 euros). El espectáculo pretende hacer crítica social y política -retoma el escándalo 'Profumo', que costó la cabeza de un ministro británico en los años 60- pero a juzgar por quienes lo han visto «falta ironía y sobran melodías», tal como apunta Michael Billigton, de 'The Guardian'. Pelillos a la mar. El músico que insufló empaque operístico al himno 'Amigos para siempre' -para mayor gloria de José Carreras y Sarah Brightman en Barcelona 92- es algo así como el Steven Spielberg de las candilejas. Juega en una liga aparte; ni siquiera le hace daño Tim Rice, otro peso pesado, que ahora se ha animado a adaptar el libreto de 'De aquí a la eternidad' para la escena musical. Un desafío mayúsculo, por cierto.
Amputación de varios dedos
Para riesgos, de todas maneras, los que corren los cantantes y actores que actúan en 'Spiderman'. No solo han tenido que aguantar 182 ensayos -el periodo de prueba más dilatado de la escena neoyorquina- sino que han temido por su propia vida. A uno le tuvieron que amputar varios dedos del pie, al quedar atrapado en la tramoya, y otro se cayó de una altura de más de seis metros.
Con un saldo de seis accidentes, el Departamento de Trabajo del Gobierno de los EE UU se vio obligado a meter baza en el asunto. Sin muchas ganas, todo hay que decirlo. No se ganó el respeto de los trabajadores al interponer una demanda contra el show que ronda los 12.600 dólares. Es de prever que las reclamaciones de los afectados sumen una cifra más respetable. Entre una cosa y otra, lo cierto es que la imagen de 'Spiderman' ha quedado muy dañada en Nueva York y ahora se trasladan los bártulos a Las Vegas. Según los voluntariosos y optimistas productores, en 'la ciudad del pecado' no hará falta invertir tanto dinero. Se quiere reajustar el guion a marchas forzadas, pegar tijeretazos a la plantilla y suprimir las acrobacias más aparatosas. Más vale prevenir, ya tienen bastantes damnificados.
¿Qué pasará mientras tanto en el teatro Foxwoods? Pues nada grave. Están pensando en montar 'King Kong', un musical australiano que arrasa en la patria de los canguros. That's entertainment!
ensayos, el periodo de prueba más largo en la historia de Broadway.
es un año en que la recaudación semanal ha caído de millón y medio a 742.000 dólares.
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