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FRAN HORRILLO
Jueves, 26 de diciembre 2013, 10:51
«Aunque he vivido historias durísimas, volvería a hacerlo todo igual. Ni siquiera evitaría el haber pasado la enfermedad, a pesar de ser muy dura. Pero si luchas y tienes voluntad se sale, y además aprendes recursos que te hacen ser fuerte y hacer frente a la misma. Cuando te dan el alta, estás curado, y eso es lo importante». Así se expresaba Mari Muñoz, que con una mezcla de emoción y de deber cumplido se despedía el pasado lunes y daba por terminada la actividad de Asociación contra la Anorexia y la Bulimia de Villanueva de la Serena, que ella mismo fundó junto con su marido, Eugenio Calvente.
Tras 16 años de lucha y de informar a las familias que se encontraban desorientadas cuando este problema invadía sus hogares, Mari considera que los objetivos están más que cumplidos. En este sentido, admite que es muy importante que se haya ido consiguiendo todo lo que se necesitaba para ayudar a las personas con esta enfermedad, incluyendo el que haya un centro ambulatorio en la región para tratar este trastorno de la alimentación, la clínica Los Pinos en Badajoz, y gracias al cual los extremeños no tengan que desplazarse a otros lugares.
Tanto Mari como Eugenio no dudaron en ir a cualquier lugar para ayudar a su hija que en ese momento sufría la enfermedad. Una enfermedad que vivieron de forma angustiosa y penosa pero que, como reconocen, «nos ha dado más humanidad y más compresión». De hecho, fue su propia hija la que les animó a poner en marcha el colectivo, para ayudar a personas que vivían una situación tan difícil como ellos. Una labor que siempre quisieron difundir a través de los medios locales y, simbólicamente, utilizaron estos mismos medios de comunicación para despedirse en una comparecencia, en la que les acompañó el alcalde, Miguel Ángel Gallardo.
Aunque los dos seguirán estando a disposición de quien lo necesite, han decidido disolver la asociación que, hasta su último minuto de existencia, ha sido solidaria con los demás puesto que todo el material de su sede, así como 1.500 euros en cuenta, los han repartido entre seis asociaciones locales: Afads, Mensajeros de la Paz, Cáritas de la Santa Cruz, Apoyat, Asdivi y Anima.
El primer edil definió a Mari y Eugenio como «dos personas especiales, que cierran la ventana de una forma honorable, poniendo todos los recursos que han acumulado estos años, a disposición de la sociedad, de otros colectivos que trabajan en diferentes ámbitos».
Mari, por su parte, agradeció el apoyo de Gallardo, incluso cuando ni siquiera era alcalde, y de los voluntarios que todos estos años se han implicado en la asociación.
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