Laureano León dice que los presupuestos provinciales reflejan el «cambio de ciclo»

Cambio de escenario para el habitual balance de año de la Diputación de Cáceres. En un afán por dar a conocer sus joyas palaciegas y culturales, esta vez tocó el turno en la casa de los Moraga, el centro de artesanía ubicado en el corazón del casco histórico.

Acompañado por sus tres vicepresidentes, Laureano León lanzó un mensaje más breve que de costumbre. Apenas 20 minutos duró esta vez su intervención, frente a las prolijas y extensas comparecencias de años anteriores.

El presidente centró su discurso en tres detalles: la reforma de la administración local («Las diputaciones pasan a tener un papel clave y estamos preparados para afrontarlo», vino a decir), los retos de futuro y el cambio de ciclo económico al que, según León, ya «estamos asistiendo», pese a reconocer que «desgraciadamente» aún no se nota en todos los sectores sociales.

Sin embargo, ese cambio que permite intuir que la crisis va a quedar atrás ya tiene constancia escrita: «Esto se refleja en los presupuestos. El esfuerzo inversor aumenta un 67 por ciento», calcula Laureano León, que volvió a recordar la cifra de más de 40 millones destinada a «infraestructuras y a dinamizar la economía de la provincia». «Nos espera un año frenético, cargado de trabajo pero también de ilusión», subraya. Las inversiones se acometerán con fondos propios y no será necesaria ninguna operación de crédito, insisten desde el Gobierno.

Entre los aspectos más significativos de 2013 se mencionan el acuerdo con los sindicatos para el nuevo acuerdo-convenio o haber llegado con inversiones a todos los municipios de Cáceres con al menos dos actuaciones. Sobre los planes de futuro, Laureano León señala que es a partir de ahora cuando «se van a materializar muchos proyectos que se han ido pensando en estos dos años y medio».

Las relaciones con la oposición fueron otra de las cuestiones planteadas. «Han sido cordiales, pero no las que hubiéramos querido», se sincera León. No obstante, hace autocrítica cuando admite: «Vamos a tratar de mejorar en ese aspecto».

El portavoz del grupo socialista, Miguel Ángel Morales, es todavía más duro: «Ha sido constante el ninguneo, la falta de respeto a la oposición, el pensar que esto es como un cortijo. El que gobierna hace lo que le da la gana. Esto se percibe en detalles institucionales y de relación de grupo». Morales asume que su grupo «se ha sentido vilipendiado, agredido y fuera de sitio». «Ha habido una falta de respeto absoluto a quien representa casi el 50 por ciento de los cacereños», responde.