Colas de dos horas en Tráfico para evitar el rodaje del próximo año

A las dos menos cuarto de la tarde, Francisco Garnateo esperaba ayer su turno en las oficinas de Tráfico de Valdepasillas.

Su seat Toledo rojo del año 2000 lleva desde el verano dando cobijo a las gallinas de su parcela en la carretera de Corte de Peleas. Aunque ya ejerce de gallinero, oficialmente sigue siendo un vehículo registrado por Tráfico y a principios de año generaría el impuesto de rodaje para el 2014.

Francisco quiere sacar de la base de datos a su seat y para eso se fue ayer a la sede de Tráfico de Valdepasillas a las once de la mañana. En cuanto llegó descubrió que no era el único que lo deja todo par el final.

Por el vestíbulo apenas se podía andar entre la gente y los números de atención en ventanilla acumulaban casi un centenar de turnos por delante. A Rebolledo Gallego, de Don Benito, le dieron el 275 mientras en el mostrador atendían al 180. Llegó a las once a Badajoz para cumplir con un trámite que no debía llevarle más de quince minutos. Dos horas después, todavía aguardaba.

Rebolledo acudió acompañado de su hija Vanesa para dar de baja un coche que ha decidido quitar de circulación después de que le dieran un golpe en verano.

Pasó la mañana en la puerta charlando con otro conductor de Barcarrota. «Lo dejas para el final porque ni te acuerdas, pero si no lo haces ahora tienes que pagar noventa euros».

El trámite suponía pasar por tres colas distintas. En Información tuvo que aguardar a que le explicasen la documentación y el formulario que debía rellenar, en Caja había atasco para pagar la tasa y la ventanilla de atención al público era el punto final del proceso. Rebolledo, con la tasa pagada y la documentación en una carpeta se asomaba desde la puerta cada poco tiempo para ver si los marcadores llegaban al 275.

Pero no todos tenían la paciencia de Francisco o Rebolledo. Algunos de los usuarios se daban la vuelta en cuanto veían el vestíbulo lleno de gente. A los conductores que se habían trasladado de los pueblos expresamente para pasar por Tráfico no les quedaba otra.

En las oficinas de Tráfico ya no se sorprende el aluvión. Cada año se repiten. Transferencias de vehículos por compra venta entre particulares, bajas o cambio de titular que se hicieron hace meses se amontonan ahora delante de los mostradores porque los titulares quieren resolver antes de que cambie el año y que no le carguen el impuesto.

A los usuarios habituales tampoco les coge por sorpresa. Iván González trabaja en una gestoría y se encarga casi a diario de tramitar tasas y trasferencias. A trámites que el resto del año le ocupa diez minutos ahora le dedica toda la mañana.

El aluvión de conductores también se notó en el aparcamiento del edificio Eurodom.

Las ya de por si escasas plazas junto a la Comandancia de la Guardia Civil de Tráfico, se quedan estos días en nada por la afluencia de conductores.

La puerta se taponaron a media mañana y la doble y triple fila fue un recurso habitual.

Tráfico cierra estos días de Navidad a las dos de la tarde y los más rezagados que llegaron a partir de la una temían una espera en balde. A los que disistieron, todavía les queda el cartucho del día treinta, último hábil antes de que cierre el ejercicio.

A esa opción se agarra Florencia Vila. Ayer a las doce aprovechó los quince minutos de descanso de su trabajo en un supermercado cercano para pagar la multa que le pusieron el día ocho de diciembre. Pagar antes de quince días supone ahorrarse cincuenta euros. Fue hasta Tráfico porque en la delegación puede pagar con tarjeta en la caja presentando la multa que le enviaron por correos, pero al ver la fila delante de la ventanilla y lo lento que avanzaba se dio media vuelta.

La sanción por exceso de velocidad la pagará por el banco.