Un albañil y una modista de Hornachos ganan 1,67 millones en la Primitiva

Algo excepcional pasa en la vida de un hombre cuando se ha levantado a las seis de la mañana para ir a trabajar a una obra y, unas horas después, está cortando jamón sobre el capó de un coche e invitando a todo el pueblo. Desde bien temprano el runrún sonaba por los bares de la localidad, aunque muchos no daban crédito a la noticia y pensaban que podía tratarse de una inocentada difundida con un día de antelación, pero a la hora de la apertura del establecimiento que regenta Julia González, en la calle Hernán Cortés 4 de Hornachos (3.800 habitantes, Badajoz) se produjo la ansiada llamada, desde la Delegación Provincial de Apuestas y Loterías del Estado. Le confirmaban que en su establecimiento se había validado un boleto de la Lotería Primitiva, de solo dos apuestas, pero que contenía seis aciertos. Estaba premiado con 1.678.852,08 euros.

Enseguida empezaron las conjeturas y especulaciones sobre quién sería el afortunado, lo cual podría llegar a ser un notición si finalmente el premio había tocado a alguien residente en esta localidad del sur de la comunidad autónoma. Los propietarios del billete premiado optaron por la prudencia al inicio del día, pero a medida que pasaron las horas ya no consiguieron guardar más tiempo la noticia. Francisco y Tere, una pareja de Hornachos, que próximamente celebrará sus bodas de plata, eran los protagonistas de la gran historia de esta navidad hornachega. A las pocas horas, se le podía ver cortando jamón y brindando con sus familiares y vecinos.

Se fue a trabajar a las seis

Como cada mañana, Francisco, encargado de una empresa de construcción de Mérida desde hace 14 años, se fue a trabajar a las seis de la mañana. Su mujer Tere, modista de profesión, se quedó en casa con sus dos hijas.

Pero fue avanzando la mañana y las hijas de esta pareja se enteraron de que en la localidad había tocado un gran premio. Fueron a por el boleto que Tere había sellado en el estanco de Juli y entonces Mari Elena, la hija mayor, no dio crédito a lo que tenía ante sus ojos. En sus manos estaba el boleto ganador.

Intentaron darle la noticia a su padre, pero Francisco, incrédulo, pensaba que era una broma que le gastaba su familia, reconoció.

Un compañero de la obra le animó a que confirmara la noticia a través de internet. En cuanto leyó que el premio había caído en Hornachos no lo dudó y volvió rápidamente al pueblo.

Su numerosa familia de hermanos, cuñados y sobrinos le esperaba a las puertas de su casa, una vivienda situada en una zona residencial de la localidad, donde recibieron a Francisco con enorme alboroto.

A pesar de haber comprobado que la combinación premiada era la suya fueron al estanco de Julia a confirmarlo de nuevo. En esos momentos ya había allí diversos medios de comunicación para trasladar al resto de los mortales las primeras impresiones del agraciado.

A Francisco Blanco aún le costaba creerlo pues explicó que no son jugadores habituales, aunque sí reconoció que «de vez en cuando me gusta tentar a la suerte» y siempre por el mismo sistema, a través de un boleto automático.

De momento, señaló, «no tenemos muy claro que haremos con el dinero», aunque afirman que debido a la cercanía de sus bodas de plata, organizarán una celebración con toda su familia, así como ese gran viaje que cuando se casaron no pudieron hacer «por diversas circunstancias». Mientras explicaba todo esto se dio se dio cuenta de que semejante noticia le había curado radicalmente el fuerte resfriado que padecía.

El boleto ganador era de dos apuestas para dos sorteos y fue realizado de forma automática por el terminal, por lo que el afortunado solo ha invertido 4 euros.

Este establecimiento ya ha dado otros premios, aunque según Julia González, «ninguno de una cantidad tan importante como éste». Con más de millón y medio conseguido, ella espera que ayude a paliar la economía de su vecino, «sobre todo en estos tiempos tan difíciles que estamos viviendo», declaró.