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N. R. P.
Sábado, 4 de enero 2014, 10:06
La Biblioteca Central de la Universidad de Extremadura en Badajoz lleva 48 horas abierta de forma interrumpida. Su horario normal es de 9.00 a 21.30 horas, pero los estudiantes se han encerrado dentro, logrando que no cierre en dos días. El objetivo de los universitarios es protestar por lo recortes que han provocado que este servicio se clausure durante las Navidades a pesar de que ellos comienzan sus exámenes la próxima semana.
Uno de los afectados es Pedro Manuel García, que al día siguiente de Reyes, el 7 de enero, tiene un examen de tercero de Medicina. «Es una complicación muy grande porque a mí me gusta estudiar en la biblioteca y está cerrada cuando solo faltan días para los exámenes», se lamenta este universitario.
El problema es que los recortes presupuestarios obligaron a la Universidad de Extremadura, según sus propios responsables, a cerrar ciertos días durante las fiestas. A esto se suma que este año se han adelantado las fechas de los exámenes hasta quedar totalmente pegadas a la Navidad. En concreto, la UEx ha clausurado su biblioteca de Badajoz desde el 24 de diciembre por la tarde hasta el 1 de enero, y pretendía volver a cerrarla hoy hasta el 7 de enero. Sus propios estudiantes han impedido el segundo cierre quedándose dentro.
No sólo quieren que esté abierta durante las fiestas sino que exigen que haya un horario ampliado antes de los exámenes. Proponen que en esas fechas funcione hasta medianoche. «En otras universidades existen estos horarios especiales y son mucho más amplios, incluso de 22 horas», explica Ana Santos refiriéndose a Murcia, donde actualmente estudia un máster en Ciencia Forense aunque sigue vinculada a la UEx, donde se graduó en Biología.
Hasta el momento, el acto de protesta se ha desarrollado sin problemas. El jueves, a las 21.30 horas, el personal de la biblioteca, junto con el responsable de seguridad, abandonaron el edificio pero dejaron las puertas abiertas. Dentro se mantuvieron un centenar de universitarios que se negaron a marcharse y que en todo momento estuvieron estudiando. El propio rector Segundo Píriz ha reconocido el buen comportamiento de estos universitarios.
Para mantener la biblioteca abierta se han organizado en turnos con el fin de que siempre permanezca un grupo en el interior custodiando el edificio. Así lo harán también este fin de semana a pesar de las fiestas, porque consideran que es importante poder ayudar a sus propios compañeros. Así mismo, cuentan con una comisión de limpieza que se encarga de dejar todas las instalaciones en buen estado y recordar a los participantes que, aunque no haya vigilancia, se deben respetar las normas de uso que se imponen actualmente.
Respuesta del rector
Segundo Píriz, por el momento, se ha comprometido a estudiar la posibilidad de ampliar el horario si la Universidad considera que existe suficiente demanda. «Estamos aquí para buscar soluciones y no crear problemas», aseveró el rector, quien se mostró dispuesto a emprender el diálogo con los estudiantes.
En la biblioteca recibieron ayer de forma positiva estas palabras pero esperan una propuesta concreta y el compromiso de que se establecerá un horario especial antes de los exámenes para evitar que se repita lo de estas Navidades. Los organizadores destacan que su objetivo no es ir en contra de la universidad «sino ayudarla, porque los recortes también les perjudican a ellos», explica Jesús Otero.
Muchos de los implicados en esta protesta coinciden en que el cierre de la biblioteca ha sido el detonante, pero que la indignación ha ido creciendo en la UEx en los últimos meses por distintos recortes. Por ejemplo, hablan de que ha habido menos horas de calefacción, lo que ha provocado que haga frío en la facultad o cambios en las practicas. Esto se une a que las tasas universitarias se han encarecido. Ahora, de media, diez asignaturas de primera convocatoria cuestan 1.100 euros.
«Suben las tasas y cada vez es más complicado estudiar. Tenemos compañeros que no pueden permitirse la matrícula y el piso», asegura María del Carmen Rogera, que es estudiante de quinto de Medicina y estos días participa en el encierro.
Otra estudiante, Ana Santos, coincide en este punto y cree que la situación de algunos universitarios es dramática. «Hay gente que se plantea abandonar su carrera porque no se lo puede permitir».
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