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DAVID VALERA
Martes, 21 de enero 2014, 10:58
La comunidad científica española sintió ayer como el temblor de un terremoto al conocer la dimisión del renombrado investigador Juan Carlos Izpisúa, hasta ahora director del Centro de Medicina Regenerativa de Barcelona (CMRB) y científico de prestigio mundial gracias a sus trabajos en el campo de las células madre. Precisamente la revista 'Science' destacó una de sus investigaciones -la creación de minirriñones humanos con células madres-, como uno de los 10 hitos científicos de 2013. Su marcha, por falta de apoyo institucional y financiero, escenifica y agrava la enorme crisis del sector que tiene en la fuga de cerebros su consecuencia más visible. Algo que los investigadores españoles vienen advirtiendo y de lo que no dudan en responsabilizar al Gobierno por los recortes en I+D+i.
«Es una gran pérdida para España que alguien de la calidad y categoría de Izpisúa se vaya y, más aún, si se tienen en cuenta los trabajos que estaba haciendo y que la mayor parte se van a ir con él», aseguró el presidente de la Organización Médica Colegial (OMC), Juan José Rodríguez Sendín. Y es que con la marcha del investigador se van 18 de los 21 proyectos que se realizaban en el centro, ya que son propiedad del científico. «El problema es que las razones que teníamos para que estuviera en España se están perdiendo y lo vamos a pagar con altísimos costes», se lamentó Sendín.
«Es una más de la larga lista de batacazos que estamos recibiendo todos los que hacemos investigación, y aumenta la desmoralización de la I+D española», denunció el profesor de Genética y Microbiología de la UAB, Jordi Surrallés, compañero de investigación de Izpisúa en algunos proyectos que no dudó en considerar la renuncia como «algo funesto» para la ciencia del país. E incluso el alto comisionado para la Marca España, Carlos Espinosa de los Monteros, reconoció en una entrevista en TVE que se trata de una mala noticia para la imagen del país en el exterior.
El investigador será sustituido por el científico Ángel Raya, un nombramiento con el que la Secretaría de Estado de I+D+i busca conseguir «un nuevo modelo de centro, con financiación más competitiva y un enfoque más trasnacional». Desde el Ministerio de Economía negaron que su marcha tenga que ver con los recortes, ya que tanto el Gobierno central como la Generalitat aportaron 1,7 millones de euros al centro. Sin embargo, la mayor parte de este presupuesto se destina para el mantenimiento y alquiler del edificio.
La marcha de Izpisúa es el último ejemplo del deterioro de la ciencia española que los investigadores han denunciado a través de recogidas de firmas y movilizaciones. «Con los recortes, los proyectos de investigación no se pueden llevar a cabo por falta de material y recursos», criticó José Antonio Ruiz, portavoz de la Federación de Jóvenes Investigadores Precarios.
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