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El incendio en una vivienda, sin heridos, obliga a desalojar un bloque de las 300
CÁCERES

El incendio en una vivienda, sin heridos, obliga a desalojar un bloque de las 300

El fuego calcinó el salón y la cocina de la casa, ubicada en un sexto piso del número 8 de la calle Cristu Benditu

J. J. GONZÁLEZ

Martes, 11 de febrero 2014, 10:07

El barrio cacereño de las 300 se despertó ayer con un sobresalto en una mañana fría, desapacible y con la lluvia esperando a hacer acto de presencia. La alarma la desató, pasadas las 10.30 horas, el incendió en un bloque de la calle Cristu Benditu, con las llamas que asomaban por las ventanas de un sexto piso y que se podían ver desde las viviendas del entorno urbano. El fuego arrasó el salón, la cocina y la entrada de la casa afectada, y se produjo posiblemente a causa de un cortocircuito, pero las tres personas que se encontraban en ese momento en el interior, un matrimonio y la madre de la esposa, no sufrieron heridas de consideración, como el resto de vecinos, más allá de crisis de ansiedad o inhalación de humo. El hombre residente en la vivienda sufrió alguna quemadura, pero de carácter leve.

Sobre las 10,45 horas se recibió la primera llamadas en el servicio de emergencia 112 de Extremadura y de forma inmediata se movilizaron todos los efectivos posibles para acudir a lugar de los hechos, una calle que está muy próxima, precisamente, a la sede del parque de bomberos del Sepei. Acudieron, además, dotaciones de las policías Nacional y Local y de la Cruz Roja, además de ambulancias del 112. Un fuego se había producido en un sexto piso del bloque 8-A de la calle Cristu Bendito. Nada más llegar, los bomberos subieron hasta el piso siniestrado para comprobar si había alguien en su interior. Tras rastrearlo, comprobaron que sus ocupantes habían abandonado la casa y otros vecinos habían hecho lo mismo, aunque algunos de ellos permanecían en el interior del edificio, en las escaleras y descansillos y otros se mostraban alarmados porque habían dejado encendido aparatos de cocina. Finalmente, todo el bloque, donde viven 48 familias, fue desalojado y los residentes permanecieron en las inmediaciones, al otro lado del cordón de seguridad.

No hubo que lamentar daños personales, aunque un total de siete personas fueron atendidas por los servicios sanitarios: cuatro mujeres, de 50, 58, 94 y 81 años de edad, por crisis de ansiedad y otras dos, de 61 y 57 años, por inhalación de dióxido de carbono. Por su parte, el hombre residente en la casa quemada, de 65 años, sufrió algunas quemaduras de carácter leve y tanto él como la anciana de 94 años fueron trasladados al Hospital San Pedro de Alcántara.

Mientras, los bomberos realizaban sus tareas de extinción de revisión del edificio para poder permitir el regreso de los vecinos a sus domicilios. La vivienda quemada fue clausurada al no ser habitable de momento. Sus moradores se tuvieron que trasladar a casa de familiares.

El resto de residentes pudo regresar a sus casas a partir de las 12 del mediodía, tras haber permanecido durante algo más de una hora en la calle, expectantes y alarmados. El trabajo de los bomberos fue rápido en apenas una hora estaba todo resuelto. «A mí me llamaron cuando ya estaba camino de una casa que tenemos en el campo para decirme que había un incendio en el bloque», relató a este periódico una de las vecinas, Dolores, que vive en el noveno piso y que confiesa la preocupación que vivió desde ese momento: «menudo susto», afirma. Pilar fue una de las que sufrió una crisis de ansiedad y afirma que ella se enteró del incendio cuando se estaba aseando. Vive en la última planta, la 11: «ví mucho humo y empecé a llamar a los vecinos», afirma. Otro joven residente cuenta cómo se asomó a su ventana y pudo ver las llamas que salían del piso siniestrado, ubicado varias plantas por debajo de su vivienda.

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