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Más de medio siglo de corresponsal
SOCIEDAD

Más de medio siglo de corresponsal

Trabajador del campo y de la Seguridad Social, ha estado siempre implicado en las actividades sociales y culturales de su localidad Antonio García Gutiérrez se jubila después de toda una vida informando en HOY sobre su pueblo, La Parra

AMPARO PARRA

Lunes, 24 de febrero 2014, 08:32

Llega con paso tranquilo y firme. Se ayuda de un bastón sencillo y cubre su cabeza con una gorra que le da aspecto de abuelito. Conoce bien el camino porque acostumbra a pasarse de vez en cuando por el periódico para ver a los amigos. Entra y saluda generoso en sonrisas y palabras, como siempre. Pero en esta ocasión la visita tiene un significado especial para él. Viene a despedirse.

Antonio García Gutiérrez es desde hace más de medio siglo -concretamente 54 años- corresponsal de HOY en La Parra, y ahora pasa el testigo. Tiene 90 años y una memoria envidiable. Habla con cariño de personas y momentos pasados. En tantos años, cuántas noticias escritas en papel y enviadas por correo. «¡Cómo ha cambiado todo! Soy mayor para estos aparatos», dice mientras mira a los ordenadores que le rodean en la Redacción. Hace algún tiempo que su hijo Marcos le echa una mano y manda sus noticias al periódico por correo electrónico.

«Empece con el HOY cuando todavía estaba en la plaza de Portugal», dice. «Me acuerdo mejor de las cosas que pasaron hace mucho y me olvido a veces de lo que pasó ayer», comenta resignado.

Habla y gesticula con energía. «Ser tan enérgico me ha servido para trabajar el campo, mi gran pasión. El campo es muy duro; hay que estar siempre ahí, pero a mí me ha dado muchas satisfacciones», asegura. Tenía claro desde pequeño que se dedicaría a la agricultura y la ganadería, lo que le costó un buen disgusto a su padre, que quería que estudiara como sus hermanos. «Mi hermano el mayor fue comisario de la Policía y procurador de los tribunales», recalca.

Aún hoy, sigue soñando con su yunta de mulas, sus olivos, sus siembras y aras, sus jornadas de siega y recolección, sus tertulias, su libertad y el sufrimiento del campo. Allí encontró, dice Antonio, las mejores, las más sabias y nobles gentes, Siempre han sido para él un ejemplo y una fuente de sabiduría. «El campo ha sido mi Universidad», señala.

Una memoria prodigiosa

Pero además del campo, también fue durante 33 años corresponsal de la Seguridad Social en La Parra . En este puesto aprovechó su prodigiosa capacidad memorística. «Me sabía de memoria los número de la Seguridad Social y los DNI de todos los afiliados del pueblo, unos cuatrocientos», dice con orgullo.

Durante este periodo fue distinguido, en 1974, con el premio al mejor corresponsal de España. El galardón se lo entregó el rey Juan Carlos I, entonces Príncipe, en el Palacio de la Quinta, en Madrid. Guarda discretamente en una habitación de su casa el diploma y las fotografías del acto.

En el desempeño de esta labor también dejó patente su calidad humana. «Jamás nadie se quedó sin pagar el sello. Al final del año, si en el balance faltaba dinero de alguno de los cotizantes, lo ponía de mi bolsillo y así nadie se quedaba sin asistencia y los demás derechos que le correspondían. Algunos me lo devolvían poco a poco, otros no podían», afirma.

Pero además de estas ocupaciones, Antonio García Gutiérrez siempre ha sacado tiempo para participar en las actividades sociales y culturales de su pueblo, así como para colaborar activamente con diversas asociaciones.

Ha sido directivo en varias etapas de la Hermandad del Santísimo Cristo de la Misericordia de La Parra, auténtica seña de identidad del pueblo. Precisamente del Cristo y de las fiestas en su honor ha escrito en numerosas ocasiones. «Son preciosas. Vienen personas de todos lados; 6.000 se juntaron allí la última vez para la procesión. Tenéis que venir; estáis invitados», dice con sinceridad.

Se le agolpan los recuerdos y aumenta su emoción cuando los chicos de HOY.es le piden fotografiarse con él. No quieren desaprovechar la oportunidad de tener un recuerdo del corresponsal más veterano de HOY. Coqueto, se atusa el cabello y posa sonriente rodeado de jóvenes periodistas. Luego se despide. «Ya vendré a veros cualquier día», dice.

Vuelve a su pueblo a seguir con 'sus cosas' y a disfrutar de sus cinco hijos, doce nietos y cinco biznietos. Este año, después de muchos, en septiembre podrá vivir con intensidad las fiestas del Cristo, sin la responsabilidad de contarlas después a los lectores.

«Me voy con la satisfacción del trabajo bien hecho», termina.

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