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MANUEL M. NÚÑEZ
Martes, 25 de febrero 2014, 01:59
Frases cortas y palabras sueltas, a veces difícilmente comprensibles para los abogados y el juez. El gerente del restaurante Wok, Chen Xiogxin, declaró ayer como testigo en el Juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 1 de Cáceres. Lo hizo acompañado de su hijo, que se sentó a su lado. Más tarde aclaró que, pese a llevar 20 años en España, el idioma de Cervantes sigue siendo una asignatura pendiente para él. Aparentemente tranquilo, dispuesto a colaborar, con la misma cazadora que llevaba puesta aquella fatídica tarde de abril de 2012, cuando se hundió el techo del local, el responsable del establecimiento negó haber hecho arreglos o reformas que hubiesen supuesto limitar la seguridad. Solo puso los focos de la luz y los aparatos de aire acondicionado, apuntó.
Hasta 15 preguntas llevaba preparadas Francisco Lancho. El abogado de la comunidad de propietarios del número 52 estaba en un extremo de la sala de vistas. En el otro, el abogado del Ayuntamiento. Al fondo, el juez. El primero asumió todo el peso de la toma de declaración, una más de las que se siguen en este proceso. El gerente del Wok fue respondiendo una a una a las cuestiones. En muchos casos, había lugar a matices o aclaraciones, ya fuese por las complicaciones idiomáticas o por aparentes contradicciones. Por ejemplo, cuando admitió haber pedido licencia de obras al Ayuntamiento pese a que poco antes negó que hubiese reformas en el interior del local, que tenía en régimen de alquiler. «Solo puse los focos de la luz», aseguró. Al ser preguntado por los aparatos que colgaban del techo fue claro: «Eso es el aire acondicionado. Eran de poco peso. El técnico decía que 25 kilos», subrayó. El gerente del restaurante vaciló cuando fue cuestionado sobre si había alguna obra de refuerzo antes de que se viniese abajo el techo. Primero dijo que no recordaba. A continuación matizó: «No había ninguna obra. No he cambiado ni he quitado nada». También recalcó que no había tocado la cubierta del edificio.
Fueron apenas seis minutos de comparencia. Bastante menos de lo que Chen Xiogxin y su hijo tuvieron que esperar en los pasillos por el retraso con el que arrancó la toma de declaraciones. A la salida, insistió en el mismo discurso. «No hemos hecho reformas. Solo pusimos el aire acondicionado. Dejamos el local como al principio». Añade que cada actuación se le comunicó al propietario.
Lleva 20 años en España, antes tenía con su familia otro restaurante en Béjar (Salamanca) y desde hace unas semanas ya funciona el 'nuevo' Wok. Pero esa alegría no le compensa del sufrimiento. Afirma haberlo pasado mal. Por ahora, no tiene previsto reclamar por la vía judicial: «Son casi dos años desde el accidente. Solo hemos hablado con el seguro. He perdido mucho dinero. El perito lo está viendo».
La comunidad pide ser eximida de responsabilidad. También espera que el juez determine que no hay necesidad de las reformas que le ha ordenado el Ayuntamiento. Las dos partes de este contencioso deberán presentar sus conclusiones por escrito antes de que el juez dicte sentencia. «Habrá muchas responsabilidades en este asunto, pero los vecinos no tienen ninguna», resumió ayer el abogado de los residentes.
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