La empleada de hogar acuchillada en Nuevo Cáceres tiene parálisis facial

«La verdad es que está viva de milagro, porque las cuchilladas que recibió fueron muy graves y perdió mucha sangre», comenta el abogado Carlos Arjona.

Él está en la planta baja del Palacio de Justicia de Cáceres, esperando a que un médico forense compruebe las heridas que recibió su clienta, María M. A., que no quiere ser fotografiada. Ella está muy afectada por la agresión de la que fue víctima el pasado 18 de febrero en la vivienda de Nuevo Cáceres en la que llevaba trabajando alrededor de un año.

María es de nacionalidad rumana, al igual que su marido que trabaja en el cámping de Cáceres. Es un matrimonio trabajador, asentado en la ciudad desde hace tiempo, que tiene dos niños pequeños. María ha cumplido 34 años y trabaja de empleada de hogar. Desde hace un año acudía tres días a la semana a limpiar la casa de una mujer mayor que vivía con su hijo de 42 años, Gustavo C. S., que está incapacitado por resolución judicial al tener una esquizofrenia.

Sin mediar palabra

La casa es un segundo piso, en el número 32 de la calle Juan Solano Pedrero, en el barrio de Nuevo Cáceres. Como otros martes, el día 18 de febrero, a las diez de la mañana, María llamó por el telefonillo al piso en el que trabajaba. Como otras veces le abrieron el portal, subió las escaleras y halló la puerta de la casa abierta. Al entrar se encontró con Gustavo C. S. que tenía en la mano un cuchillo de grandes dimensiones. Sin mediar palabra le asestó una cuchillada en el cuello, bajo una oreja. María reaccionó escapando del piso, y al volverse recibió otra cuchillada en la espalda.

Bajó corriendo las escaleras, sangrando de forma abundante por el cuello. Ella relata que al llegar a la calle pidió auxilio, lo que provocó que al gritar le salíera más sangre de la herida del cuello. Cuenta que en la calle, desesperada, intentó parar a algún conductor que le llevara al hospital, pero cinco coches siguieron su camino al verla. Fue el sexto el que la socorrió.

Llegó una ambulancia del 112 y agentes de la policía. Mientras ella era llevada a Urgencias del Hospital San Pedro de Alcántara, agentes subieron al piso en donde estaba la mujer mayor con un ataque de ansiedad. Poco después detuvieron al presunto agresor en un bar cercano. La propietaria del bar le comentó que tenía sangre en una mano, y él se limpió diciendo que era una pequeña herida entre los dedos.

María fue intervenida en el hospital, en donde estuvo ingresada 8 ó 10 días según su abogado. Los forenses evaluaron las heridas de las dos cuchilladas y las secuelas, que son importantes: además de las cicatrices, tiene una parálisis facial en el lado izquierdo.

Esta agresión se está investigando como un delito de homicidio en grado de tentativa, en el Juzgado de Instrucción número 2 de Cáceres. Cuando fue detenido Gustavo hizo una declaración sin sentido en Comisaría. Llevado ante el juez no quiso declarar. El titular del Juzgado ordenó su ingreso en un centro psiquiátrico penitenciario, al decretar su prisión provisional incondicional. Personas cercanas a la investigan han indicado que parece que había sufrido un brote psicótico al haber dejado de tomar su medicación.