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La venganza judicial de un padre

Acude a la vía penal contra Rocha y Villar, a los que acusa de estafa y prevaricación al permitir que el Juvenil A del Badajoz CF compita con un técnico sin el nivel 2 Denuncia a las federaciones territorial y nacional para conseguir la carta de libertad de su hijo

MARCO A. RODRÍGUEZ@hoy_marcoarn

Domingo, 30 de marzo 2014, 12:30

El mejor camino para hacer justicia es dirigirse a ella. Y nada menos que por la vía penal. Así lo ha decidido un padre para velar por los intereses de su hijo. Cansado y desatendido, el pacense José Ignacio Pérez Carmona se presentó en el Juzgado de Instrucción nº3 de Badajoz con una denuncia que apunta muy alto. Tan alto como la máxima autoridad del fútbol español, Ángel María Villar; o su homólogo en la federación extremeña, Pedro Rocha, a los que acusa de una presunta prevaricación y estafa al permitir que compita el equipo Juvenil A del Badajoz CF cuando su entrenador, Óscar Galán, no tiene el Nivel 2 exigido expresamente por una circular de la propia territorial.

Además de los presidentes de la Real Federación Española de Fútbol y la Federación Extremeña de Fútbol, la denuncia se dirige a los secretarios generales de ambas, Jorge Pérez y Alberto Montes. Prevaricación -pese a no ser funcionarios públicos- porque los dirigentes federativos tienen funciones públicas y presuntamente adoptaron decisiones irregulares en Extremadura que contaron con el beneplácito de Madrid, según el denunciante. Estafa, según el documento presentado, porque supone un perjuicio económico, por ejemplo, para los entrenadores que invirtieron dinero en la obtención del título acreditativo de dicho nivel para poder trabajar en la Liga Nacional de Juveniles. O para los padres, ya que uno de los motivos por los que se les cobra la ficha de sus vástagos -200 euros afirma- es poder contar con una preparación más profesional o elevada.

El actor secundario

El Badajoz CF es actor secundario en este dilema, tan secundario que casi no aparece en el escrito presentado al juez. Sí protagoniza su origen, ya que la negativa a dar la carta de libertad a su portero juvenil y tercer meta del primer equipo, Alberto, ha propiciado que judicialmente el padre busque que se declare nula la ficha y con ello el chico quede libre. «Ya sé que esto es matar moscas a cañonazos. Mi objetivo no es fastidiar a nadie, pero nadie quiere dar su brazo a torcer y no me han dejado otra alternativa porque debo hacerlo por mi hijo. Moralmente quien está actuando mal es el club, pero las irregularidades las han cometido en las federaciones. Intenté hablarlo con ellos, tanto con el club como con la federación, y no me hicieron caso. Este asunto tiene una solución muy fácil y no la toman, no sé si por orgullo», defiende José Ignacio preguntado sobre el porqué del embrollo.

Ahora pueden pasar dos cosas. Que el juez la admita a trámite y se abran diligencias de investigación, además del traslado al fiscal y un probable juicio. O que no se admita y el tema quede cerrado. En el primer caso, sus consecuencias son insospechadas pues abriría la posibilidad, incluso, de que la competición quede anulada o de que se multipliquen las reclamaciones más diversas e interesadas. Además, se solicita declaración como imputados de los cuatro dirigentes mencionados, entre ellos Ángel María Villar.

La denuncia se fundamenta en una circular emitida por la propia Federación Extremeña de Fútbol el 30 de agosto de 2013 en la que se cumplimenta el Reglamento General de la RFEF con un punto que es lapidario, el 3: «Todas las entidades participantes deben inscribir un entrenador titulado como mínimo de nivel 2, no admitiéndose las licencias de jugadores sin que previamente haya sido presentada la del entrenador».

El Juvenil A del Badajoz CF, en el grupo 11 de la Liga Nacional Juvenil, no debió ser tramitado para la competición y el denunciante considera que la 'arbitrariedad' de la resolución por parte de la territorial con el visto bueno de la nacional son constitutivos de un delito continuado de prevaricación por el que podría anularse todo lo efectuado después. Una actuación que, siempre según el relato de la denuncia, no es casual o por error pues se tenía conocimiento de la irregularidad vía algunos faxes que llegaron a la federación.

El Badajoz CF

En el Badajoz CF tienen muy clara su postura sobre este asunto y argumentan que la junta directiva blanquinegra adoptó hace varios meses la decisión de no conceder una sola carta de libertad salvo que exista previo entendimiento, como ha sucedido en algún caso con el club Don Bosco. El futbolista firmó un acuerdo del que no puede darse de baja por un «capricho», según entiende. «Nadie le obligó a firmar por el Badajoz CF y no le vamos a dejar libre. Si su padre quiere ir a la justicia ordinaria, que vaya. Nosotros no hemos cometido ninguna infracción», comenta el vicepresidente José María Reino.

El directivo fundamenta la razón del club en un documento que obra en su poder, sellado por la FExF, en el que se da por buena la ficha competitiva del Juvenil A con el compromiso de que el entrenador en cuestión realice los pertinentes cursos que en su día la territorial, metida en mil avatares electorales, no pudo ofrecer. De hecho -continúa- el club pacense ganó ante el ente federativo autonómico un recurso presentado por el Mérida en el que se pedían los tres puntos del partido.

La Federación

Desde la Federación Extremeña de Fútbol apuntan que no tienen oficialmente constancia de la denuncia por parte del juzgado pacense. Sí reconocen tener en su poder el escrito del denunciante, quien les remitió copia de la acción judicial para que se la sellaran. Fuentes federativas añaden que la territorial no tiene plenos poderes en esta competición pues se trata de una competición nacional. «Nosotros sólo nos dedicamos a tramitar las fichas. No damos la licencia para competir. La que permite competir es la federación nacional. Si el club tiene un papel de la federación permitiéndole disputar la categoría lo único que hacemos nosotros es tramitar el escrito, pero el permiso viene de Madrid», contestan desde la FExF cuestionada sobre por qué pudo y puede participar el Juvenil A.

José Ignacio, exfutbolista, acude a la justicia ordinaria mientras Alberto sigue a la espera de que se vislumbre solución a un conflicto del que de momento se mantiene al margen. «El chico moralmente está algo tocado. Muy fastidiado por todo lo que está pasando, aunque él está más al margen y lo llevamos entre el abogado y yo. Con 18 años lo que quiere es jugar y divertirse con el fútbol, aunque lo primero son los estudios». Eso es lo que necesita esta cuestión: mucho estudio.

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