Alumnos y profesores del instituto El Pomar inician hoy la I Ruta de los Castillos

En torno a medio centenar de alumnos y cuatro profesores del instituto El Pomar inician hoy el desarrollo de la I Ruta de los Castillos, una iniciativa emocionante y saludable que les llevará a recorrer en bicicleta de montaña y durante cuatro cinco días, cañadas reales, cordeles y veredas del entorno de Jerez de los Caballeros y de poblaciones cercanas como: Burguillos de Cerro, Zafra, Feria y Salvatierra de los Barros, según ha informado Vicente López Sánchez, profesor de Geografía en dicho centro y coordinador de esta experiencia. El denominador común de los pueblos incluidos en dicha ruta, según explica, «es estar presididos por un interesante castillo medieval» y también su colaboración con este proyecto a través de la cesión altruista de sus instalaciones.

La intención de los organizadores de esta ruta es la de apostar por su consolidación en cursos siguientes. La actividad, señala López, «pretende salvar el escalón existente entre lo que es la docencia puramente teórica, que es lo que hacemos habitualmente en las aulas, y la puesta en práctica de esos conocimientos, tratando de trasladar, aunque solo sea por unos días, las aulas a las dehesas, campos y pueblos de Extremadura, y cambiar los pupitres y ordenadores por la bici de montaña; y todo esto intentando reinventar una nueva trashumancia cultural que acerque a nuestro alumnado a lo que significó histórica y culturalmente esta actividad para nuestra tierra». Esa labor parte, eso sí, de una perspectiva distinta, según añade, como es «la de recuperar nuestras vías pecuarias como itinerarios culturales y de ocio y procurar que los pueblos por los que históricamente pasaban estas rutas vuelvan a sentir de nuevo ese tránsito al que tan habituados estuvieron».

Valores

Otro de los propósitos de la iniciativa es su uso como herramienta para transmitir al alumnado valores como: el respeto, el compañerismo, el esfuerzo, la igualdad de género y el afán de superación. Su coordinador se muestra convencido de que esta apuesta merecerá la pena.

«Cuando acabemos nuestra ruta traeremos de vuelta a casa a unos zagales más maduros, más humanos y más conscientes de la belleza e importancia del patrimonio cultural y natural de su propia tierra», afirma.