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J. CEPEDA
Domingo, 6 de abril 2014, 11:54
«Un llenazo, como todos los días. Salimos a local lleno», le dice el sacristán al cura justo antes de comenzar la Santa Misa en la película 'Amanece, que no es poco'. Esta es una de las célebres frases que, entre bambalinas, bien podrían utilizar los organizadores del 'Fanter Film Festival', que este año alcanza su cuarta edición «después de tocar techo en la pasada», tal y como asegura el director del evento, Pablo Carrero, cacereño de 33 años y profesor de informática. Año tras año, el público ha superado las expectativas iniciales con más de 1.500, 3.000 y 3.500 espectadores en cada una de las ediciones anteriores. Cine fantástico y de terror, agua y palomitas gratis y entrada libre hasta completar aforo ha sido suficiente para que la cita se convierta en un referente para los amantes de este tipo de películas. Hoy finaliza con la entrega de premios y el estreno de una película, 'La cueva'. «Ha sido uno de los mayores logros del festival de este año. No ha sido nada fácil la negociación con la distribuidora, ya que hasta después de verano no se estrenará en salas comerciales», explica satisfecho Carrero.
- Usted no es de los que dormían con la luz encendida de pequeño, ¿me equivoco?.
-(Risas). No se equivoca. La verdad es que siempre me ha gustado el cine de terror, aunque no me dejaban ver muchas de las películas cuando era niño.
- ¿De dónde viene su afición a este género cinematográfico? ¿Es cosa de familia o es usted el 'verso suelto'?
- Tengo un primo, el que ha hecho la promoción disfrazado de Freddy Krueger, que sí me dejaba verlas cuando me quedaba a dormir en su casa. A mi padre también le ha gustado bastante este tipo de cine, por lo que podemos decir que es algo que viene de familia.
- ¿Cuáles son los primeros títulos que recuerda?
- 'Pesadilla en Elm street', 'Muñeco diabólico' o 'Viernes 13', entre otros títulos. Soy de la generación de los 80, una buena década para el cine de terror, antes del bajón de las dos décadas posteriores. Ahora parece que vuelve a remontar.
- ¿Tiene este género la repercusión mediática que realmente merece o existe la percepción de que hay cinéfilos de primera y de segunda?
- Siempre ha habido mucha diferenciación. Las críticas de los cinéfilos suelen ser muy diferentes con el público en general. En el caso del cine de terror, es el más maltratado de todos. Sólo tenemos que ver cualquier gala de entrega de premios, en las que habitualmente no se tienen en cuenta las buenas películas. Basta con decir que Alfred Hitchcock no cuenta con ningún Oscar, algo inconcebible.
- ¿La edición de este año rinde tributo a Freddy Krueger, coincidiendo con el 30 aniversario del estreno de 'Pesadilla en Elm Street'. ¿Cuál es la clave del tirón de esta película?
- Hemos proyectado una copia restaurada y en alta definición, es una de las películas imprescindibles que marcó muchísimo en su época y que confeccionó uno de los personajes más recordados de la historia del cine.
- En ocasiones parece que se abusa de los clichés y que no hay nada nuevo bajo el sol a la hora de sorprender al espectador. ¿Es este festival una muestra de innovación?
-Siempre pensamos que está todo inventado, sobre todo ahora, que vivimos una época en la que abundan los 'remakes' no sólo en el cine de terror, sino en el general. Hay una crisis de guiones y, sobre todo, una crisis de apuestas. Muchas veces se prefiere hacer un 'remake' malo de una película de culto antes que partir de cero y crear un personaje nuevo, con el que es mucho más fácil fracasar. En este festival buscamos películas que no son tan comerciales y que no han pasado tanto por las salas comerciales.
- ¿Esperaban la multitudinaria acogida del festival cuando se puso en marcha hace cuatro años?
- Para nada. Una de las gratas sorpresas ha sido ver la reacción del público. Otro de los aspectos destacados es el buen ambiente que se genera entre los asistentes y el 'photo-call' de entrada con gente disfrazada. La implicación de la gente cercana también es imprescindible para el buen desarrollo del festival. Ellos también son protagonistas.
-¿Cuántos trabajos han recibido en esta edición y cómo fue el proceso selectivo?
-La recepción de los trabajos ha sido una auténtica locura. El primer año, 150, el segundo 200, el pasado 500 y este año hemos superado los mil trabajos recibidos. El jurado preseleccionador ha hecho un gran trabajo desde octubre. En los últimos días entraron casi 400 piezas. Casi el 50 por ciento son trabajos internacionales de países como Corea del sur, India, Irán, etc. Presentar trabajos en este tipo de festivales es mucho más fácil gracias a internet, ya que permite a los autores presentarlos sin coste alguno.
- Ustedes tampoco olvidan el trabajo de cantera
-Por supuesto que no. Es algo muy importante y que también tiene mucho tirón entre el público. La combinación de corto y película ha gustado mucho en anteriores ediciones.
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