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¿Qué ha pasado hoy, 14 de abril, en Extremadura?
«Atrio y el Palacio de Mayoralgo son respetuosos con el entorno»
CÁCERES | Mª Jesús Teixidó | Historiadora del arte

«Atrio y el Palacio de Mayoralgo son respetuosos con el entorno»

Lleva años dedicada a la investigación centrada en la restauración de la Ciudad Monumental Mª Jesús Teixidó Historiadora del arte

MARÍA JOSÉ TORREJÓN

Lunes, 7 de abril 2014, 09:57

María Jesús Teixidó es una cacereña enamorada de la Historia del Arte. Dentro de esta disciplina ha centrado su mirada en las restauraciones llevadas a cabo en la Ciudad Monumental. El resultado de su trabajo se verá reflejado en una tesis doctoral -pendiente de ser depositada- que lleva por título 'Conservación, intervenciones y práctica restauradora en el centro histórico de Cáceres (1850-1975)'. Está dirigida por María del Mar Lozano Bartolozzi, catedrática de la Universidad de Extremadura. El pasado día 26 participó en el ciclo de conferencias 'Jóvenes investigadores', donde habló precisamente sobre algunos de los cambios protagonizados por la parte antigua en el siglo XX.

Compatibiliza su faceta investigadora con la de emprendedora. Tras hacer un máster en gestión cultural en la Universidad de Sevilla, en 2008 puso en marcha en Madrid 'ArsViventia', una consultoría especializada en este campo que trabaja para todo el país. Teixidó nació en 1982 y residió en Miajadas hasta los ocho años. Después, se trasladó a Cáceres, donde estudió en el colegio Paideuterion y cursó en el Conservatorio el grado medio de piano. Su currículum se completa con varias experiencias de cooperación cultural en Iberoamérica.

-¿Cómo surgió su interés por la restauración?

- En la carrera de Historia del Arte teníamos una asignatura de Conservación y Restauración del Patrimonio, en la que estudiábamos las diferentes teorías de intervención. Conocí el proceso restaurador ejecutado en algunos de los edificios más significativos de la historia del arte y me sorprendió el cambio experimentado en ellos. Fue entonces cuando comenzó mi interés por estudiar la disciplina restauradora en nuestro patrimonio más cercano.

-¿Cree que en Cáceres se ha sabido restaurar bien?

-En restauración y conservación del patrimonio no puede hablarse de bien o mal. La disciplina ha evolucionado a lo largo de sus poco más de 150 años de trayectoria y no podemos juzgar una acción ejecutada hace 50 años con nuestra perspectiva actual. Por otra parte, debemos diferenciar entre restauración y rehabilitación: restaurar es tratar de devolverle los valores histórico-artísticos a un bien y rehabilitar es intervenir para concederle un nuevo uso. En Cáceres la restauración no empieza de forma más o menos sistemática hasta la década de 1940. Y a partir de entonces hasta prácticamente la década de 1980 se sigue un criterio historicista o mimético. Esto es, se trata de que las intervenciones pasen lo más desapercibidas posibles, imitando técnicas y diseños de estilos pasados. Este criterio está superado en la actualidad y ahora se exige, por ejemplo, la diferenciación de añadidos con otros materiales y tonalidades; no se introducen elementos decorativos que imiten otros momentos históricos...

-¿Algún ejemplo?

-En el caso de la muralla se tendió a eliminar las edificaciones que la precedían en los frentes de la Plaza Mayor y Miralrío para que pudiera ser contemplada; sin embargo con ello desaparecieron edificaciones que probablemente tenían 300 y 400 años, que habían pasado a formar parte de la historia de esos espacios y que lamentablemente se han perdido sin apenas documentación. Desde hace más de dos décadas se tiende al respeto de todas las épocas. Lo importante desde mi punto de vista es conocer y documentar bien todo el proceso para intervenir de forma más rigurosa en futuras actuaciones.

-Intervenciones recientes como las realizadas en el Palacio de Mayoralgo o el hotel Atrio han generado controversia. ¿Qué opina sobre estos trabajos?

-La ciudad debe entenderse como un ente vivo. De hecho Cáceres, como cualquier ciudad, no es más que la superposición de sustratos de diferentes épocas: romana, hispanomusulmana, medieval.hasta llegar a nuestra época actual. Cada momento histórico ha dejado su impronta en la ciudad, y esto en principio no tiene por qué verse como una cuestión negativa. Lo que ha ocurrido con estos ejemplos ha sucedido a lo largo de toda la historia de la arquitectura: los edificios se adaptan a las nuevas necesidades. De lo contrario se arruinan y desaparecen.

-¿Pero cuál es su opinión sobre el resultado?

-En ambos casos las intervenciones corresponden a buenos profesionales que han tratado de concederle el mejor uso a los mismos y, de hecho, hoy se encuentran habitados y cubriendo las necesidades para las que fueron planteados. Son respetuosos con el entorno pero a la vez en ambos se ven algunos rasgos del lenguaje arquitectónico actual: carpintería, ritmo de vanos, la pérgola del hotel. Durante muchos años se intervino en los edificios de una manera fachadista: daba igual lo que hicieran en el interior si la fachada se mantenía intacta, lo cual generaba importantes contradicciones interior-exterior. Hoy en día se está superando el miedo a introducir nuevos elementos en fachada que manifiesten los nuevos usos y los ciudadanos debemos acostumbrarnos a ello. La importancia del respeto hacia el entorno del edificio es crucial, pero sin caer en el mantenimiento de una visión en exceso escenográfica.

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