Contador apunta al Tour

Después de su tercer triunfo en la Vuelta al País Vasco, las ideas fluyen con claridad por la cabeza de Alberto Contador: «Ahora descanso, luego al Dauphiné y al Tour de Francia». Un camino marcado tras un comienzo de temporada que ni el ciclista madrileño podía imaginar tras un aciago 2013.

Otro Contador, a sus 31 años con los mismos objetivos e ilusiones. El doble vencedor del Tour y de la Vuelta regresa a su mejor versión, aunque el concepto no le agrade. «Eso es cosa vuestra», les dice a los periodistas cuando se le pregunta al respecto. Las cifras cantan: 6 victorias en 2014, con la general en Tirreno y País Vasco incluidas y exhibiciones en montaña que le permiten al de Pinto volver a soñar alto.

«Esta victoria me da confianza y motivación para seguir trabajando», dijo en le meta de Markina, donde solo fue superado en la cronometrada de 25,9 kilómetrospor el 'monstruo' de la especialidad, el campeón mundial alemán Tony Martin. «Para mí es como otra victoria», valoró. El polaco Michal Kwitkowski (Omega Pharma) se hizo con la tercera plaza del día, al acabar a 15 segundos de Martin, y terminó segundo en la general por delante del francés Jean-Christophe Peraud (Ag2r), quinto este sábado.

Contador recupera la senda, las sensaciones de antaño, la sonrisa, algo que se refleja en su chupado rostro que delata buen estado de forma. Incluso se muestra más relajado, menos tenso.

Y es que 2013 fue un calvario, con una sola victoria de etapa en el Tour de San Luis, algo penoso para un campeón. Y en el Tour fue desalojado del podio, al cuarto puesto, el que más duele en el círculo de los favoritos a cualquier título.

Una experiencia que no se podía repetir en 2014. Así que cambio de planes: retraso en el comienzo de la temporada, concentración de invierno en Canarias y carreras seleccionadas con el objetivo final de llegar a tope al Tour de Francia.

Los cambios favorables no se hicieron esperar. Debutó en la Vuelta al Algarve con un segundo puesto en la general, solo superado por el polaco Kwiatkowski, y triunfo en el Alto de Malhao. Un mes después ganó la Tirreno-Adriático, donde se adjudicó dos etapas y superó, entre otros, al colombiano Nairo Quintana.

En la carrera de los dos mares además obsequió a los aficionados con un ataque «modelo Fuente Dé» a 32 kilómetros de meta en la etapa del Muro di Guardiagrele. El día que destrozó a todos sus rivales.

El mejor

En el País Vasco Contador ha vuelto a ser el mejor. De amarillo de principio a fin. No tardó en presentar credenciales, pues en la primera etapa ya se puso de líder tras ganar la partida a Alejandro Valverde en la subida a Gaintza. Desde ese día entró en la pelea con el ciclista murciano, el 'Pichichi' de la temporada con siete triunfos. Ambos libraron interesantes peleas en Arrate y camino de Markina, siempre favorables al madrileño, que en ningún momento vio peligrar el liderato.

Feliz, motivado, con el equipo respondiendo a satisfacción, toca descansar. Contador, lo hará con el número uno de la clasificación mundial. Un aviso para sus rivales en el Tour. El británico Froome y el italiano Nibali ya saben cómo se las gasta Contador en esta temporada. Saben que se ha unido a la quiniela de máximos favoritos, que ha regresado a su mejor versión.

«Estoy contentísimo, no me podía imaginar que me iba a ir tan bien en la temporada y esta carrera, ya que he empezado a notar el cansancio», dijo Contador tras ponerse la tercera 'txapela' de campeón.

Ahora la planificación impone descanso. Próximas referencias: Dauphiné y Tour. La primera será un ensayo general, la segunda la prueba de fuego. Ahí se verá si es cosa de la opinión periodística la vuelta de Contador al nivel del primer escalón de los grandes podios.