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IÑAKI ESTEBAN
Domingo, 13 de abril 2014, 02:51
Quienes tienen la edad suficiente para poder visualizar la televisión en blanco y negro se acuerdan de aquellos programas culturales que hicieron historia, como 'Encuentros con las letras' o 'Popgrama'. Eran los tiempos de la Transición y de la apertura después de años de asfixia, y los dos únicos canales se permitían el lujo de dar las entrevistas de 'A fondo' de Joaquín Soler Serrano con Julio Caro Baroja o Gabriel Celaya en 'prime time'. ¿Y ahora?
De los pocos programas culturales que hubo en las privadas, a horas intempestivas, no queda rastro. Pero las teles públicas siguen cumpliendo con sus estatutos y funciones, y acogen la cultura a pesar de las bajas audiencias. Quienes están dentro, los programadores, reconocen las limitaciones de estos contenidos, pero insisten en que haberlos, haylos, y que además perviven con dignidad. Los expertos que se sientan en el sofá con el mando a distancia en la mano son, por decirlo suavemente, más pesimistas.
Un 56% de los encuestados por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) opina que la tele actual es «vulgar y de mal gusto», los números indican que los programas exquisitos y sofisticados apenas tienen seguidores comparados con los más zafios.
Desde La 2, donde se concentra la oferta cultural de Televisión Española, indican que la audiencia no es un problema, aunque bajar del 2,5% estaría mal visto por la alta jefatura.
Francisco Rodríguez Pastoriza trabajó en la sección de Cultura de TVE y ahora es profesor en la Universidad Complutense de Madrid. También ha escrito una obra clave en esta materia, 'Cultura y televisión: una relación de conflicto' (Gedisa). «Ahora que las cadenas públicas no se financian con publicidad, se echa en falta una apuesta más decidida por la cultura, por ejemplo, con informativos especializados», comenta.
En su opinión, el formato de los programas ha pasado de las posturas estáticas y los medios planos de los presentadores literarios, sentados con cara seria y pertrechados detrás de sus mesas, a los movimientos de cámara y las escenografías de impacto de 'Página 2', el programa de Óscar López. «Es un intento de captar a espectadores jóvenes», explica.
También hay espacios históricos como 'Metrópolis', estrenado a mediados de los años ochenta y especializado en nuevas tendencias artísticas, en la parrilla a pesar de sus bajas audiencias porque su desaparición «daría mala imagen a TVE», según Rodríguez Pastoriza.
Formatos nuevos es lo que propone Toni Garrido, que empezó en 'Los 40 Principales', continuó en programas como 'Caiga quien caiga' y siguió en la radio hasta crear su propia productora. 'Un lugar llamado mundo' es su primera criatura. Un espacio musical que reúne a artistas por lo general 'indies' y que se emite en Canal Plus, Europa FM e Internet. La versión televisiva cuenta con la dirección de David Trueba y la radiofónica está presentada por el productor musical Javier Limón y la periodista Mónica Carrillo. En la Red se pueden ver tanto las imágenes de televisión como la grabación en el estudio de radio. Miembros de grupos como Supersubmarina o Smile y cantantes como Jorge Drexler han pasado por el espacio. «La separación absoluta entre los medios de emisión ha dejado de tener sentido. Ahora todo puede ser en televisión, en la radio, en la página web, en Facebook y en Twitter. Tenemos la obligación de investigar los formatos. Me duele que en los canales en abierto no haya un programa musical de referencia como lo hay en el Reino Unido, en Francia o en Italia».
Salvado por la parabólica
La comparación entre países resulta inevitable. Por mucho que los encuestados del CIS dejen caer sus preferencias por la finura cultural, los hechos contradicen sus afirmaciones. «Los conocimientos y los hábitos culturales flojean», mantiene Rodríguez Pastoriza. En Francia, el periodista especializado en literatura Bernard Pivot ha permanecido en la pequeña pantalla desde 1975 a 2001, a veces en programas tan populares como 'Apostrophe'. En España no ha existido nada que se le parezca de lejos.
«Aquí hay buenos profesionales, capaces de hacer un papel como el de Pivot. Pero falta convicción y tradición. Me sigue asombrando que en tantas películas francesas haya escenas en que los personajes están leyendo. No ocurre lo mismo en el cine español. Será por algo», explica el profesor de la Complutense.
De parecida opinión es Román Gubern, catedrático emérito de la Autónoma de Barcelona y gran experto en cultura audiovisual. «Tengo parabólica y eso me salva. Me gustan los documentales sobre la vida de los gorilas, pero me parece que ya he visto suficientes», dice en alusión a los programas de naturaleza de La 2.
A su juicio, la cultura tiene poca cabida en el mercado televisivo de España. «Hay una clara sobreoferta y las cadenas compiten elevando el sensacionalismo como arma para tener audiencia. Parecía que con la TDT íbamos a alcanzar el paraíso, pero resulta que nos hemos quedado con las echadoras de cartas. Y luego también sufrimos el raquitismo de nuestra televisión, en una continua operación de bajada de costes», considera.
Sin desfallecer
Iniciativas como Arte, el canal cultural francoalemán, no han cuajado en España, al contrario que en los países en los que surgió. «Los contenidos culturales son marginales. Quienes los buscan utilizan otros medios más directos, los libros, las películas, los discos, Internet, que ahora es el gran difusor de la cultura».
Quien se ocupa de la programación de La 2, Manel Arranz, reconoce que el espectador actual busca en la tele dos cosas, «información y entretenimiento». «Fuera de eso, entramos en lo minoritario, pero en nuestro canal tenemos mucha moral y no desfallecemos», añade.
El programador pide que no se considere lo que es un programa cultural con estrechez de miras. «Emitimos cine español, europeo y americano independiente. Hace unos días, 'Deprisa, deprisa', de Carlos Saura, llegó a los 800.000 espectadores, y un documental sobre la Segunda Guerra Mundial superó el millón».
En La 2, además de 'Metrópolis', emiten otros programas clásicos como 'Días de cine' y 'Versión española'. Entre los más recientes destacan '¡Atención, obras!', el magazine cultural al que Cayetana Guillén Cuervo pone la cara, así como 'Alaska y Coronas', presentado por la cantante y el humorista Javier Coronas. «En este programa sale gente a la que de otro modo no se le vería jamás en la tele. Para mí es un programa cultural al que vestimos de entretenimiento. Tenemos que enviar el mensaje de que la cultura no es un rollo», incide Arranz.
es el objetivo de audiencia que se marcan en la cadena cultural de TVE.
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