Concluye la obra que permitirá volver a utilizar las pistas de Antonio Canales

La barriada de Antonio Canales ya tiene motivos para la celebración. Se quejaba su asociación vecinal de que la ausencia de instalaciones deportivas obligaba a pagar por el alquiler de las que hay en otros barrios. Lo peor del caso es que en las inmediaciones de la Plaza de Italia sí había, desde hace nada menos que 18 años, unas pistas. El problema era que estaban precintadas por sus deficiencias y no se habían podido volver a autorizar.

El colectivo vecinal tenía este asunto en la lista de sus demandas prioritarias ante la administración. Por fin, parece haber encontrado respuesta. Con cargo a la ley de crédito extraordinario, el Ayuntamiento incluyó el proyecto para su arreglo en el plan de infraestructuras deportivas que financiaba el Gobierno regional. En este caso con unos 60.000 euros. La iniciativa se presentó a finales de diciembre pasado, pero hoy es una realidad. La obra ya se ha concluido y solo faltan los remates para que esas instalaciones puedan abrir otra vez al público y ser utilizadas por los cacereños.

«Se ha levantado un muro de hormigón con un revestimiento especial en toda la pista para evitar problemas acústicos», explican desde el Consistorio. Cuando las pistas se construyeron en marzo de 1996 en las traseras de la iglesia de San José los informes técnicos revelaron que sufrían un gran deterioro y la practica deportiva provocaba que se superasen los decibelios autorizados en la vía pública. Canastas destrozadas, porterías en mal estado, quejas vecinales... La dotación de la Plaza de Italia se habían convertido en una de esas infraestructuras públicas que se levantan, se pagan y no llegan a ser rentabilizadas.

Ahora, su reforma integral y su aislamiento acústico permitirán que se cumpla un sueño tan sencillo y hasta ahora imposible como el de ver a los niños de Antonio Canales jugando a fútbol sala o baloncesto cerca de sus casas.

«La reforma se hace para poner la pista a disposición de los vecinos. Va a permitir en el futuro poder construir un pabellón cerrado», adelantó en diciembre la propia alcaldesa, Elena Nevado, que se refirió a un entorno «francamente deteriorado» en una instalación que, apuntó, «llevaba 10 años cerrada y sin uso».

Concluida la obra como tal, la estructura levantada se deja de forma que con financiación adicional será posible ponerle techo.

El Consistorio cacereño recurrirá al contrato de mantenimiento de instalaciones para pintar el campo, colocar canastas y renovar las porterías.