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Los hosteleros salvan la primera Semana Santa en cuatro años
BADAJOZ

Los hosteleros salvan la primera Semana Santa en cuatro años

El buen tiempo, el calendario y la ampliación del horario de cierre llenan de clientes los bares

A. GILGADO

Viernes, 18 de abril 2014, 11:21

No sólo los cofrades se pasaron la semana pasada mirando las previsiones meteorológicas. La mayoría de los hosteleros de la ciudad también estudiaron su particular máster de climatología.

José Manuel Brea lo aplica ahora. El año pasado pidió mercancía antes de consultar al meteorólogo y al final no vendió ni la mitad de lo que compró. En esta ocasión llenó el arcón cuando se aseguró de que no iba a llover.

El éxito de su bar depende casi exclusivamente de la terraza y el año pasado en Semana Santa ni la pudo montar. Ayer tenía las doce mesas frente a su local del Casco Antiguo llenas.

Después de tres años con procesiones entre chubascos y nubarrones, la ciudad vive por fin una Semana Santa completa sin estar pendientes del tiempo y los hosteleros pueden sacar rendimiento a la afluencia de público.

Por experiencia, José Manuel ha aprendido que un bar en el Casco Antiguo varía su rentabilidad en función del calendario. En primavera se trabaja mejor que en invierno.

Este año había muchas esperanzas puestas en la Semana Santa. Cae con la primavera muy adelantada y eso también influye. «En marzo, por ejemplo, todavía hace frío por las tardes, aunque parezca una tontería, supone cinco o seis mesas cada noche».

Con el tiempo y el calendario a favor, el útimo espaldarazo para salvar este sprint de temporada alta lo dio el Ayuntamiento de Badajoz.

El Consistorio pidió a la Junta autorización para que los bares pudieran cerrar dos horas más tarde, hasta las cuatro de la madrugada, entre el Viernes de Dolores y el Domingo de Resurrección.

La iniciativa del Consistorio se ampara en varios estudios de la Cámara de Comercio donde se refleja que la Semana Santa son los días con más afluencia de clientes a bares y hoteles de la ciudad.

Desgraciadamente, los tres últimos años no se cumplía esa estadística, de ahí el alivio con el que ahora respiran los empresarios con el cielo despejado.

En la plaza de San José, punto estratégico por su cercanía con San Agustín, ayer a mediodía costaba encontrar una mesa entre la treintena que ponen en la calle los tres bares. En la Cacharrería, cuenta su responsable, este año han notado sobre todo un incremento de turistas nacionales. El mismo repunte de visitantes han notado en los establecimientos de la plaza Alta y las calles del Casco Antiguo. Por lo que cuentan, Badajoz empieza a ser parada para el turista.

Franquis, que tiene su taberna en una esquina de Meléndez Valdés, comenta que ayer a mediodía casi todos los clientes que se sentaron a comer venían de paso. Hace un balance positivo en lo que se refiere a afluencia, pero no en consumo.

El veterano hostelero cree que el público que se mueve estos días por la ciudad da para más consumo del que después se pide en la mesa. «Mesas de sesenta euros ya no hay». Al menos se alegra de que los visitantes aguanten más tiempo en las terrazas.

Otro punto estratégico de estos días se sitúa en la plaza de España. Por el entorno de la catedral pasan las 14 procesiones y los 3.000 nazarenos que desfilan en la ciudad. Los bares del perímetro aprovechan su cercanía al epicentro. En todos coincide el desahogo después de tres años. «Aunque siempre haya público, con lluvia y mal tiempo la gente se va antes a casa», cuenta Laura Sánchez. Gestiona desde hace dos año el Café Carmen, en la esquina de los antiguos Almacenes San Juan. Cuenta que los tres días que quedan en su negocio lo van a intentar exprimir al máximo y tiene muchas expectativas puestas en el último tramo del fin de semana. El martes se quedó sin torrijas a las dos de la mañana y cada procesión nota una entrada masiva de clientes.

Laura se considera una firme defensora de la ampliación de horarios. «En días como estos, con procesiones que salen de madrugada tú no te ves obligado a echar el cierre con gente dentro, ahora tienes libertad para seguir».

La Soledad

El tercer punto de interés del binomio procesión/hostelería se ubica en la plaza de la Soledad. Ayer por la tarde vivió su momento álgido. La patrona salió a la siete de la tarde, pero dos horas antes, a las cinco, ya costaba encontrar sitio entre los bares. En la Casona, el Dadá o la heladería contigua no había hueco libre. «Nada que ver con lo del año pasado», recordaba un camerero del bar.

Los hosteleros de la Soledad también aplauden el horario de madrugada. La patrona vuelve a salir hoy a las once de la noche y el final de su desfile también congrega a muchos devotos y visitantes. Lo mismo ocurre con el Cristo de la Paz de San Roque. Sale a la una y llega de vuelta al barrio a las cuatro de la noche. Los bares sirven de descanso y reposo a quienes siguen o esperan a los penitentes.

En el centro, la reciente cofradía de la Vera Cruz se ha propuesto relanzár la 'Madrugá' del Jueves al Viernes Santo. Tiene su sede en la Concepción, en la subida a la plaza Alta y para ellos no es casualidad lo del horario. «Es un paso más». Animan a la gente a vivirla en la calle.

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