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La cinta policial sella uno de los unifamiliares del Cerro Gordo. :: pakopí
El fenómeno okupa se instala en Badajoz
BADAJOZ

El fenómeno okupa se instala en Badajoz

La Policía ha realizado varios desalojos, pero las viviendas vacías vuelven a ser ocupadas y los barrios afectados temen que la situación empeoreLos vecinos denuncian que hay casas habitadas ilegalmente en el Cerro Gordo, el centro y Pardaleras

NATALIA REIGADAS

Domingo, 20 de abril 2014, 10:09

La semana pasada la Policía Nacional logró que siete personas desalojaran varios chalets unifamiliares que mantenían ocupados de forma ilegal en el Cerro Gordo. Según relatan los vecinos, los responsables incluso habían amueblado las viviendas, pero aceptaron marcharse voluntariamente. Sin embargo los residentes de esta urbanización temen que se cuelen de nuevo en las viviendas vacías. Se trata del fenómeno okupa, que cada vez es más común en Badajoz.

«Aquí la gente no quiere hablar del tema porque temen un efecto llamada, que se sepa que hay casas vacías y vengan más», explica una vecina de los unifamiliares del Cerro Gordo que no desea dar su nombre porque asegura que hay cierta inseguridad, aunque por el momento no se ha registrado ningún incidente con los okupas. De hecho los que viven cerca perciben que las casas están habitadas por el movimiento y las puertas abiertas, pero sus inquilinos no se dejan ver demasiado.

La urbanización del Cerro Gordo, donde se construyeron casi 3.000 viviendas, tiene varias zonas deshabitadas. Hay un bloque de viviendas en manos de los bancos en la calle Lady Smith que no se ha vendido y también hay varias manzanas de unifamiliares en la misma situación. Esto provocó, en primer lugar, que se produjesen robos en los inmuebles. El bloque de viviendas y parte de los chalets fueron desvalijados. Los ladrones se han llevado cuadros eléctricos, calentadores, grifos y sanitarios.

El problema se ha agravado con la llegada de okupas, aunque Gregorio Estévez, presidente de la Asociación de Vecinos del Cerro Gordo, destaca que la parte positiva ha sido la unión de los vecinos, que rápidamente se han coordinado para denunciar estos casos y que la policía acudiese. «En cuestión de horas se ha solucionado y a partir de ahora vamos a dar vueltas y vigilar de forma voluntaria para alertar a las fuerzas de seguridad si se repite», advierte el representante de la urbanización. Así mismo Estévez pide que se agilicen los trámites legales para vender estas casas porque una vez habitadas se acabará el peligro.

El Cerro Gordo sin embargo no es el barrio más castigado por los okupas. Este título está en manos del Casco Antiguo. En la zona monumental proliferan las casas vacías y abandonadas, por lo que son constantes los casos de ocupación ilegal.

Según explica José María Soriano, presidente de la Asociación de Vecinos del Casco Antiguo, este fenómeno es inevitable en el barrio hasta que se vayan rehabilitando y habitando todas las casas. Eso sí, pide a los propietarios de los inmuebles vacíos que tomen medidas, como tapiar los accesos, para evitar situaciones de riesgo.

En el Casco Antiguo hay dos perfiles muy diferentes de inquilinos ilegales. Por una parte hay grupos organizados del movimiento okupa o simplemente colectivos que deciden usar inmuebles para sus actividades. Hace tres años hubo un caso llamativo en la calle De Gabriel en el que se imputó a dos responsables y solo hace unos días los vecinos de Virgen de la Soledad se han quejado porque hay un bajo con ocupantes. El otro tipo de caso en la zona monumental es el de indigentes que viven en infraviviendas. Lo peligroso es que estos ocupantes han provocado incendios en las casas, como ocurrió en la calle Jarilla de El Campillo el pasado mes de diciembre. Ellos mismos también se ponen en peligro porque residen en casas con riesgo de derrumbe.

En Pardaleras también se da este fenómeno, en concreto en las inmediaciones del polideportivo donde hay varias estructuras con okupas. Hace un año un indigente sufrió heridas graves en el incendio de una de estas casas.

A estos problemas hay que sumar los pisos habitados ilegalmente en los barrios de viviendas sociales como Suerte de Saavedra o Los Colorines, donde ha habido numerosos desalojos. No hay cifras a nivel local, pero a nivel regional la Junta de Extremadura calcula que hay un millar de casas de promoción pública en situación irregular.

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