La Puerta Talavera y la carretera del Valle

Las variantes de carretera que bordean Plasencia propiciaron una espectacular disminución del tráfico que atravesaba la ciudad, permitiendo mayor calidad de vida. Desde entonces, el progreso ha generado un enorme aumento de tráfico en la antigua carretera nacional, originando de nuevo inconvenientes.

El conflicto circulatorio de la Puerta de Talavera agrava la situación: ahí confluyen pasos peatonales y cinco viales, con posibilidad de intercambio de maniobras entre ellos. Es un 'tapón' en el recorrido. Además, la existencia del aparcamiento subterráneo, al que se accede desde la Puerta, supone que en ocasiones se produzcan retenciones que afectan al tráfico de paso.

El edificio reúne todas condiciones para ser demolido: adosado y tapando el convento San Francisco, impide parcialmente las vistas del casco emblemático: catedral, conventos, murallas; en su parte posterior sillas y tejavanas oxidadas; ruidos para los vecinos colindantes Curiosamente, en épocas de dictadura, a un constructor se le obligó a demoler las dos últimas plantas de un edificio que construyó en la margen de la carretera, porque impedían la visión parcial de la Catedral.

En estos momentos, se requiere una toma de medidas que supongan acabar con el caos circulatorio, y que enriquezcan de alguna manera el Patrimonio. Habría que demoler el aparcamiento y construir una glorieta que ordenaría y daría fluidez al tráfico, embelleciendo el entorno.

El aparcamiento se podría ubicar en una parte de las Huertas de la Isla, inmersas en un antiquísimo litigio entre el Ayuntamiento y sus propietarios, por su calificación y valoración. Los accesos desde la carretera del Valle, se harían de manera limpia, moderna y controlada.

La terquedad de los sucesivos alcaldes, que desde los años cincuenta, incumplen o bordean las sentencias de los tribunales, en cuanto a que son terrenos urbanos o permutables, propicia su deplorable estado: edificios inacabados, suciedad, ratas

¿Qué estética tan bochornosa se le ofrece a nuestros visitantes! ¿A quién le pediremos cuenta de este caos?