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PABLO CALVO
Martes, 13 de noviembre 2007, 01:59
La recepción del Hotel Las Marinas tiene dos placas. Una conmemora su inauguración, por el ex presidente de la Junta de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, en el año 2000; la segunda, del 2004, celebra con la visita del entonces consejero de Economía y Turismo, Manuel Amigo, que el hotel «abre sus puertas de nuevo». Es probable que este cuatro estrellas tenga en el futuro una tercera placa en su vestíbulo porque ha cerrado otra vez.
El Grupo Río ha rescindido, con fecha 1 de noviembre, el contrato de alquiler y explotación del establecimiento hotelero suscrito hace tres años con su propietaria, Margarita Marqués.
La duración prevista era hasta el año 2014, pero las deficiencias estructurales del inmueble han hecho tirar la toalla a los responsables del importante grupo hotelero extremeño, que desembarcó hace tres años en Cáceres con mucha ilusión.
«El hotel es una preciosidad. Para nosotros era una oportunidad bárbara, pero no hemos podido solventar las deficiencias. Requieren una inversión que no puedes hacer si el edificio no es tuyo», explicó ayer a este diario Arantxa Navarrete, portavoz del Grupo Río, con una voz que aún destila pena por la decisión.
Las Marinas abrió sus puertas por vez primera en el verano de 1999 (aunque la inauguración oficial que recuerda la primera placa se produjo el 27 de enero del 2000). Con 18 habitaciones (15 dobles, dos individuales y una suite), el establecimiento encaja en la concepción de hoteles con encanto, gracias a una intensa rehabilitación del edificio en el que vivieron los antepasados de su propietaria. La inversión superó los 150 millones de pesetas de entonces.
Medidas eficaces
Parece que no fueron suficientes, porque en el 2004, el hotel ya tuvo que permanecer cerrado durante siete meses para resolver sus problemas de seguridad y garantizar medidas eficaces en caso de incendio. El cierre se produjo por resolución de Alcaldía.
El Grupo Río, con su potencial y experiencia en otros importantes hoteles de Extremadura, llegó al rescate de Las Marinas. «Abrimos con todas las de la ley», aseguró en el acto de inauguración el presidente del Grupo, José Luis Iniesta.
Desde entonces, Las Marinas es seguro, pero no reúne todas las condiciones de confort que requiere un hotel de cuatro estrellas. «Por la noche, se siente mucho el ruido del agua de los otros cuartos de baño», o «la habitación era muy linda, lastima que el 'jakuzzi' no funcionara» son algunos de los comentarios que los huéspedes han dejado en la web de viajes 'Quéhoteles.com'.
Arantxa Navarrete confirma que el inmueble presenta defectos de obra y de forma que no le hacen rentable sin llevar a cabo una reparación. «Es precioso, pero si el que se aloja no está contento, no vuelve más», afirma.
Las tuberías ocasionan un ruido excesivo perceptible de una habitación a otra, y la céntrica ubicación del hotel, cercana a zonas de bares, tampoco ha ayudado. «Las noches no son las más silenciosas», afirma Navarrete con diplomacia. También eran complicados los accesos. El Grupo Río había alquilado cinco plazas de garaje para clientes, pues se encuentra en una calle peatonal, San Pedro. «No eran suficientes, necesitábamos más», reconoce la portavoz.
Durante estos tres años, los niveles de ocupación del hotel han sido satisfactorios. «No hemos estado todos los días al cien por cien porque eso es imposible, pero la ocupación ha sido bastante buena. Y con el personal -añade- también estamos muy contentos. Ellos han tenido que aguantar algunas broncas (de clientes) y solucionar la situación. Vamos a contar con ellos para otros establecimientos nuestros».
Ayer no fue posible conocer si la propietaria del hotel desea seguir con el establecimiento abierto bajo otra cadena hotelera.
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