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JANOT GUIL
Jueves, 17 de enero 2008, 10:56
Para la mayoría de nosotros es un desconocido, aunque está presente en el corazón de nuestras casas, en la cocina. Gabriel Lluelles (Barcelona, 1923), diseñador industrial, fue el creador allá en 1959 de la Minipimer MR1, la primera batidora manual proyectada y fabricada en España. El famoso 'tercer brazo'.
Por humildad, Lluelles rechaza el adjetivo de 'inventor' de este artilugio, puesto que, a día de hoy desconoce si alguien, en otra parte del mundo, lo ideó antes que él. Casi medio siglo después de su alumbramiento, eso, se diría, ya da igual. Lluelles, que durante su carrera también nos hizo la vida más fácil creando aspiradoras, tostadoras, licuadoras y otros pequeños electrodomésticos, merece un homenaje; y ayer lo tuvo. La Asociación de Diseño Industrial del Fomento de las Artes Decorativas (ADI-FAD), le agasajó inaugurando en su sede de Barcelona una exposición de sus diseños.
A sus 84 años, Lluelles cuenta cómo creó la Minipimer en una época en que España adolecía de falta de medios técnicos, materias primas y formación. Fue cuando trabajaba en la empresa española Pimer (Pequeñas Industrias Mecánico Eléctricas Reunidas), en 1959. Dos años antes, diseñaron una batidora con forma cilíndrica que integraba el receptáculo en forma de vaso donde se aloja el alimento ya batido. El problema era que se trataba de un objeto un poco armatoste y difícil de limpiar. Así, Lluelles, asesorado por el entonces jefe de ventas de Pimer, Pedro Ruiz, dio con la solución. «Pusimos un brazo a la hélice batidora y quitamos del receptáculo donde va a parar lo batido». Se ganó en comodidad, en facilidad para la limpieza, en espacio, porque se podía colgar la batidora en la pared... y en precio. «La antigua batidora costaba unas 2.000 pesetas mientras que la Minipimer, unas 600».
La Minipimer fue un éxito en España y en todo el mundo. «Las madres me felicitaban. ?Me has ayudado a alimentar a mis hijos?, me decían». Tras su «eureka», Lluelles siguió trabajando. «No me hice millonario, la patente era de la empresa», aclara. En 1962 pasó a trabajar para Braun cuando la empresa alemana se fusionó con Pimer, y en 1968 se fue a Taurus.
Tras repasar su carrera, nuestro genio regresa al presente y lamenta, de los pequeños electrodomésticos de ahora, su derroche energético, que en nada ayuda a luchar contra el cambio climático. «Muchos tienen más vatios de los que necesitan porque, erróneamente, se utiliza la potencia como reclamo comercial», denuncia.
Genio, mas con sentido comercial, cuando se le pregunta qué pequeño artilugio de ahora le hubiera gustado diseñar, Lluelles no vacila. «Las cafeteras para Nespresso», exclama. «¿Whats else?»
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