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P. DE LAS HERAS
Martes, 15 de abril 2008, 11:50
Joan Mesquida abandonará la dirección del Cuerpo Nacional de Policía y de la Guardia Civil apenas veinte meses después de convertirse en el primer mando único de los 130.000 funcionarios de las fuerzas de Seguridad del Estado. El bidirector ha aceptado la «propuesta personal» del presidente de marcharse al Ministerio de Industria como secretario de Estado para el Turismo y seguir así carrera política en Madrid. Su designación oficial se producirá en los próximos días.
El Consejo de Ministros, que celebró ayer su primera reunión de la legislatura, no abordó este asunto, aunque sí eligió la primera hornada de altos cargos de los ministerios, al tiempo que confirmó en su puesto a personalidades como Cándido Conde-Pumpido, que seguirá al frente de la Fiscalía General del Estado. Entre ellos, Bernardino León, hasta ahora número dos de Asuntos Exteriores, nombrado secretario general de la Presidencia de Gobierno, y la periodista de la Cadena Ser Nieves Goicoechea, designada secretaria de Estado de Comunicación en sustitución de Fernando Moraleda.
Según fuentes del Gobierno, la idea de que Joan Mesquida pase a liderar el área de Turismo surgió el pasado sábado en una reunión entre el presidente y la vicepresidenta primera en el Palacio de La Moncloa, convocada para diseñar los nuevos departamentos. Rodríguez Zapatero y Fernández de la Vega coincidieron en la necesidad de mandar un «mensaje fuerte» de apoyo al sector turístico español, que no vive sus mejores horas con un euro demasiado apreciado. Ambos convinieron que Mesquida podría ser la persona adecuada para relanzar este sector, ya que fue consejero de Hacienda en Baleares, una comunidad con más de once millones de turistas anuales y también el creador de la ecotasa.
El presidente comunicó su decisión a Alfredo Pérez Rubalcaba. El ministro se tomó «fatal» la propuesta. «Prescindir de su hombre fuerte no le hizo ninguna gracia», recordaron ayer responsables de Interior. De hecho, Pérez Rubalcaba trató de convencer a Rodríguez Zapatero de que Mesquida, un político fiel y muy discreto, era el perfil que necesitaba la jefatura de Seguridad para un período como el que se avecina de bajo contenido político, sin tregua de ETA de por medio. Al final, el presidente volvió a doblegar la voluntad de Pérez Rubalcaba, al que sólo horas antes había presionado hasta la saciedad para que siguiera en el cargo de ministro.
Pero también entran en juego cuestiones personales. En la decisión de Mesquida de abandonar Interior han pesado sus complicadas relaciones con el número dos del departamento, el secretario de Estado para la Seguridad, Antonio Camacho, con quien nunca ha tenido especial empatía. Ambos cargos han mantenido roces, sobre todo debido a que sus competencias muchas veces se solapaban a la hora de coordinar los trabajos de las fuerzas de seguridad.
Continuísta
La salida de Mesquida, según Fernández de la Vega, no provocará cambios orgánicos en el departamento ni la desaparición del mando único. La vicepresidenta, tras el Consejo de Ministros, aseguró ayer que la estructura «permanecerá» porque desde que se creó hace un año y medio ha «funcionado razonablemente bien».
Tampoco habrá cambios en la Fiscalía General del Estado. La número 2 del Gobierno confirmó que el Ejecutivo cesó ayer a Cándido Conde-Pumpido para volverle a proponer que dirija durante cuatro años más el Ministerio Público. Al frente del Centro Nacional de Inteligencia, anunció, seguirá Alberto Sáiz, mientras que Constantino Méndez, ex delegado del Gobierno en Madrid, será el secretario de Estado de Defensa.
Presidencia de la UE
Uno de los cambios políticos más relevantes afecta a la proyección internacional del presidente del Gobierno. El secretario de Estado de Exteriores, Bernardino León, abandona el cargo desde el que ha ejercido como mano derecha de Miguel Ángel Moratinos para convertirse en un colaborador directo y estrecho del propio Rodríguez Zapatero. Asumirá la secretaría general de la Presidencia, un puesto clave desde el que gestionará la intendencia interna de Moncloa y organizará los viajes al exterior del jefe del Ejecutivo. Su antecesor en el cargo, el veterano diplomático Nicolás Martínez Fresno, se encargará ahora, según fuentes gubernamentales, de preparar la presidencia española de la UE. Su relevo se debe, según estos mismos medios, a la necesidad de reforzar la imagen internacional de Rodríguez Zapatero.
Son muchos, tanto en el Gobierno como en el PSOE, los que admiten que en la pasada legislatura existió un déficit en este terreno. Faltó, dicen, que el presidente «coronara» la gestión del ministro Moratinos. León, diplomático con una destacada experiencia, pero casi treinta años más joven que Martínez Fresno, tiene ante sí la tarea de mejorar las relaciones personales del presidente con dignatarios extranjeros. La intención del Gobierno es darle a su cargo la misma fuerza que tuvo en los tiempos en los que lo ostentó el poderoso Javier Zarzalejos con José María Aznar.
Secretarías
El nuevo Consejo de Ministros también aprobó otros cargos en Secretarías de Estado e intermedios, si bien mantuvo las dudas sobre otros hasta su reunión del viernes próximo. Dentro del Ministerio de Trabajo e Inmigración, continúa al frente de la Seguridad Social, Octavio Granado, mientras que aún se desconoce quién se hará cargo de la parcela de inmigración y emigración.
El Ministerio de Fomento pasa de una a dos secretarías de Estado. La primera, la de Planificación y Relaciones Institucionales, será ocupada por Víctor Morlán Gracia, hasta ahora responsable de Infraestructuras y Planificación. Sin duda, todo un reconocimiento a la labor desarrollada por Morlán, encargado de dar la cara en Barcelona durante la crisis de los trenes de cercanías. Él fue quien negoció y ofreció las explicaciones pertinentes a los ciudadanos y a las administraciones catalanas en pleno caos del Ave.
Por su parte, Josefina Cruz Villalón, la 'madre' del Plan Estatal de Infraestructuras y Transporte (PEIT) y presidenta de la empresa pública encargada de colaborar con las constructoras en el desarrollo de obras públicas (la Seittsa), ocupará la secretaría de Estado de Infraestructuras. En el departamento ministerial del vicepresidente Pedro Solbes repiten David Vegara al frente del área económica y Carlos Ocaña en Hacienda y Presupuestos.
En Industria, Pedro Mejía también continuaría, en principio, en la secretaria de Estado de Comercio, pero esta vez sin Turismo. El área de telecomunicaciones podría quedar otros cuatro años en manos del ya conocido Francisco Ros. No obstante, ninguno de estos tres nombramientos quedó resuelto ayer y habrá que esperar a finales de semana.
En el Ministerio de Medio Ambiente, que incluye agricultura y ganadería, aún se desconoce quienes ocuparán las dos secretarias estatales: la de cambio climático y la de medio rural y agua.
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