Saponia, ciudad novelada

Poco a poco, la ciudad de Cáceres va siendo novelada. Ricardo Hurtado de San Antonio ha dibujado en prosa su reconquista en «Cáceres, la seducción de un rey». También aparece el Cáceres medieval en la novelística de Carrillo de Albornoz. Acaba de publicarse una nueva novela de temática cacereña. Se trata de «El deán Corominas», escrita por el profesor cacereño José Ignacio Urquijo y editada por Abecedario. He comenzado a leerla y me he encontrado con la calle Panera, la Plaza Mayor o la iglesia de Santa María. Se trata de un interesante y entretenido relato de aventuras que se desarrolla en la Extremadura del siglo XVI, Portugal y América. Para encontrar otra vez un espacio novelesco cacereño hay que saltar hasta el siglo XX y leer «Y ahora, ¿a otra cosa? Borrador para una novela en tres tiempos», una novela de Pedro de Lorenzo que estaba inédita hasta que en el año 2000 la publicó la Editora Regional. En la pasada Feria del Libro se presentó «De los espacios cerrados», libro de relatos cortos del escritor cacereño José María Cumbreño que obtuvo el II Premio de Narrativa Corta Generación del 27. Es una obra deliciosa, adjetivo que parece más apropiado para la comida que para la literatura, pero es que los relatos de Cumbreño se degustan con placer, bocado a bocado, sorpresa a sorpresa. Entre ellos hay dos («Administración de loterías número dos» y «Las fotos del neceser») en los que Cáceres se convierte en evocador escenario literario. Ahora hay que esperar la nueva novela de José Antonio Leal Canales, que se desarrolla en Cáceres. Cuando me habló de ella, buscaba un nombre para su ciudad novelada y le gustaba Saponia. Ya veremos cómo la ha llamado.