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TANIA AGÚNDEZ
Jueves, 15 de mayo 2008, 13:10
Jóvenes y mayores. Todos hacían cola para acercarse a Juan José Millás. Charló e intercambió impresiones sobre sus trabajos con el público que acogió a este escritor ayer durante la firma de libros en San Atón. Millás reconoció que llegar a todo tipo de personas con sus obras es algo de lo que se siente muy orgulloso. «Uno pretende que su escritura sea transversal. Es muy malo que las publicaciones de un escritor sólo gusten a los maduros o a los niños porque deben de ser universales y no sólo llegar a todas las ciudades sino al mayor número de países posible».
Modelo de muchos jóvenes lectores, Millás asume este papel con mucha responsabilidad. «Naturalmente escribo para que me lean, pero soy consciente de que todas las cosas que se dicen desde una posición de personaje público tienen una influencia mayor y eso es una tarea que tiene uno que administrar», explica.
Una ciudad conocida
No es la primera vez que Millás visita Badajoz. Ya vino en otra ocasión a la ciudad para participar en una conferencia y, al igual que el escritor Fernando Sánchez Dragó, guarda un buen recuerdo de aquel evento.
En esta ocasión, Millás ha participado en un encuentro sobre su último libro 'El Mundo', con el que ha ganado el Premio Planeta en 2007. Allí, habló sobre la historia de la novela, en qué circunstancias la escribió y qué le impulsó a hacerlo. En este sentido, el escritor dice que este título es una autobiografía novelada, «porque está escrita con la misma intención de hacer una novela que hacer una autobiografía».
Historia de 'su mundo'
Cuenta que todo surgió cuando en 'El País', diario en el que colabora, le propusieron que hiciese un reportaje sobre él mismo. «Fue cuando empecé a observarme, a tomar notas sobre mí y en un momento en el que supe que aquello no podía ser un reportaje y más tarde comprendí que tenía que ser una novela».
Millás destaca la dificultad de escribir sobre uno mismo y el esfuerzo que tuvo que hacer para desdoblarse y mirarse desde fuera para poder hablar de él. «Cuando me encargaron este trabajo creía que era una broma. Pero una vez que fui atacado por la novela no tuve ninguna dificultad. Casi escribía al dictado, fue como si dentro de mí se hubiese roto la caja de la memoria y por esa grieta empezaron a salir todos los materiales que componen el libro».
Pero este autor también habló de 'su mundo'. Afirmó que lleva una vida ordenada y disciplinada porque según él «es la única vida que te permite escribir y leer, ésto último es tan importante como lo primero para un escritor. Es más, si a mí me dieran a elegir entre una de esas dos cosas seguramente me quedaría con leer».
En relación a la feria del libro, este escritor se atreve a lanzar también las claves para que la gente lea. «Un libro debe de ser un objeto cotidiano, que esté en las casa, encima de las mesas. También es importante que sea algo a lo que se le pueda perder el respeto, que se pueda tocar y abrir. Eso es una responsabilidad compartida entre la escuela, los padres y el Estado en la medida en que éste es le que crea las bibliotecas públicas».
Carmen Montado
Carmen Montado Suppo presentó ayer su tercera publicación Del Frenesí al suplicio (Carisma Libros) y Manuel Pecellín presentó Bibliografía extremeña (Ed. Caja Rural de Almendralejo).
Durante el acto, Carmen dijo que muchas mujeres se van a sentir identificadas con la protagonista de su trabajo, entre otras cosas porque «está basado en el tema del chantaje emocional que es una de las formas del maltrato psicológico, al que muchas mujeres se ven sometidas». Según su autora, Del Frenesí al suplicio es un libro «muy real y muy humano» que marca el principio de un largo camino. Se trata de la primera novela de la trilogía Víctimas de las circunstancias cuya segunda obra «va a ser incluso un poco más dura y la tercera será la liberación», afirma.
Aunque el mal tiempo amenazó de nuevo el día, los asistentes a San Atón continuaron desarrollando sus actividades y por la mañana los más pequeños pudieron disfrutar del concurso escolar 'Está en los libros' y del teatro infantil 'Colorín colorado, este bosque está callado' en el López de Ayala. Además, los alumnos de 5º de primaria del colegio público 'Enrique Segura Covarsí' organizaron el espectáculo infantil 'La alegría del molinero', con el que animaron a otros estudiantes que visitaban la feria.
Pero, además de un evento cultural y didáctico, la XXVII Feria del Libro se ha convertido en un espacio de reivindicación para aquellos que piden que el Mercado de Santa Ana se convierta en una biblioteca infantil y juvenil. Este colectivo sigue actuando para defender esta idea, que partió de dos licenciadas en Documentación por la UEx, Ángeles Ferrer y Susana Moralo. En esta ocasión, están repartiendo unos dibujos alegóricos sobre el tema ideados por el artista Luis Costillo.
Manifiestan que ya han recogido más de 1.300 firmas de ciudadanos de Badajoz que apoyan esta iniciativa ciudadana.
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