JUAN GONZÁLEZ PRELCIC
Miércoles, 9 de julio 2008, 12:04
CursOs de veranO de la uex Barcarrota, la localidad en la que en 1992 fue hallada una valiosa biblioteca perteneciente al médico cripto-judío, Francisco de Peñaranda, acoge hasta el próximo viernes un interesante curso incluido en la programación de los Cursos Internacionales de Verano de la UEx. El seminario trata precisamente la historia y presencia judía en la frontera hispano-portuguesa del sur de Badajoz.
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Uno de los expertos que asiste al curso es el presidente de las Comunidades Judías de España, Jacobo Israel Garzón. Entre las reflexiones arrojadas por este estudioso destaca la importancia que tuvo la Raya como zona receptora de judíos, tras la unión de España y Portugal en 1580, para componer un territorio con una rica actividad comercial y símbolo de la huída represora de la Inquisición.
A juicio de Jacobo Israel Garzón, los mercaderes judíos llegaron a convertirse en un colectivo próspero especializado en la venta de lana y cuero. En el XVII, el Conde Duque de Olivares, coincidiendo con la finalización del periodo de los Genoveses, intentó atraer a diferentes banqueros judíos a esta parte de la Península, si bien los que llegaron sufrieron posteriormente los efectos de una represión bastante cruenta.
«Los judíos nunca tuvieron una vida fácil», ha asegurado el ponente en los Cursos de Verano de la Universidad de Extremadura.
Garzón aprovecho su intervención para realizar una llamada de atención sobre el estado de parte del patrimonio judío con el que actualmente cuenta la comunidad autónoma. La sinagoga de Trujillo, la quinta mejor conservada en Extremadura, está repartida físicamente entre dos locales comerciales, aseguró en Barcarrota.
El presidente de las Comunidades Judías de España se refirió también a notables judíos del siglo XVIII como David del Valle Saldaña o Jacobo Pereira, «extremeños que en esa época todavía regresan a las comunidades de origen, para así «volver a la fe de sus antepasados». Este gesto ejemplifica cómo la fe del judaísmo pervivió durante varios siglos en nuestra región, señaló Jacobo Israel en la jornada inaugural de este curso de verano.
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Recuperar la tradición
Para el profesor de la UEx, Fernando Serrano Mangas, la celebración de este curso supone un punto de partida muy esperanzador para recuperar todo el legado y la tradición judía en parte de la Raya extremeña, en concreto en el territorio que transcurre entre la ciudad de Badajoz y el sur de la provincia.
«Muchos pueblos de la baja Extremadura como Fregenal de la Sierra tuvieron una especial trascendencia durante los años más florecientes de la cultura judía», aunque también sobresalen otras poblaciones a las que tradicionalmente no se ha asociado con este acervo cultural.
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Es el caso de Torre de Miguel Sesmero, Salvaleón o Barcarrota, núcleos que entonces eran fronterizos y con un extraordinario componente comercial y dinámico, sobre todo a lo largo del siglo XVI.
«La mayor parte los negocios estaba en manos de los judíos», explica Serrano Mangas, quien ha reivindicado la inclusión de nuevos pueblos en la Red de juderías de la comunidad autónoma.
Para hoy está prevista la intervención de Leandro Rodríguez, profesor emérito de la Universidad de Ginebra, con una ponencia titulada: Don Miguel, judío de Cervantes; y de Luis Garraín Villa, perteneciente a la Sociedad Extremeña de Historia.
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Disertará sobre la comunidad judía de la Baja Extremadura durante los siglos XV y XVI. El núcleo de Llerena.
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