MACARENA PAREJO
Lunes, 14 de julio 2008, 02:53
Las comunidades sefardíes vivieron en España hasta la Edad Media. Con su expulsión, provocada por motivos religiosos fundamentalmente, muchas de sus costumbres y tradiciones, entre ellas las culinarias, quedaron latentes en la Península Ibérica y, aún hoy, muchas de ellas son degustadas a diario en gran parte de los hogares españoles y lusos. Su importancia, en esta cultura común que la historia ha legado a Oriente y Occidente, ha sido expuesta cinco siglos después por el Especialista en bibliografía española y judaica, Uriel Macías, en Barcarrota, en el marco de un curso internacional de verano de la Universidad extremeña en el que se aborda la historia y presencia judía en la frontera hispano-portuguesa de la baja Extremadura.
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La berenjena
A la hora de explicar las raíces comunes entre los hornos sefardíes y españoles, el especialista otorgó un especial protagonismo a una planta, la berenjena. Este ingrediente, presente en muchos de nuestros platos, supone una autentica mezcla de culturas. Y es que según Uriel Macías, aunque este vegetal llega con los árabes y pasa a la cocina española, la realidad es que ya era en la época medieval un plato típico en las mesas judías, en sus diversas formas, tanto cocida como al horno, con verduras o incluso dulce.
La adafina o cocido del domingo judío, el postre de almendras, el almíbar o incluso el aceite son algunos de los elementos comunes de ambos recetarios tradicionales. Sin embargo, para el bibliógrafo, contabilizar el número de recetas en las que las influencias de ambos mundos se fusionan, por el momento, no es posible. Bajo su punto de vista, el tema de la gastronomía medieval empieza a ser estudiada en la actualidad y por ello, para establecer parámetros, es necesario recorrer aún un largo camino. «Abordar la gastronomía sefardí es un trabajo complejo que requiere indagar en diversas fuentes, en la literatura española, la hebrea, los escritos rabínicos», matizó.
Leyes sefardíes
Pero, a parte de conocer y analizar en textos como el Libro del Buen amor, del Arcipreste de Hita, en la obra descriptiva titulada los Recuerdos marroquíes del Moro vizcaíno o en Alborayque, uno de los volúmenes del total de diez libros impresos y manuscritos encontrados, precisamente, en la Biblioteca de Barcarrota en el siglo XV y en el que se habla satíricamente de las formas de vida de los judíos, también es necesario, tener en cuenta sus leyes dietéticas. Su marcada vida religiosa, su misticismo o su simbología, según Uriel, les lleva a prohibir determinados alimentos como el cerdo o el marisco y que son necesarios comprender a la hora de perfilar la interculturalidad.
Además de Uriel Macías, por este seminario, que se ha desarrollado en las localidades de Bancarrota, Hornachos y Llerena han pasado diversos especialistas que, con sus exposiciones y reflexiones, han permitido conocer el complejo entramado socio-cultural de la comunidad hebrea y el territorio transfronterizo de la zona sur de la región. Para ello, se han tocado diversas temáticas que van desde las relaciones hispano-lusas hasta la conexión entre la tradición hebrea, musulmana y la cristiana.
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