
ANTONIO ORTIZ
Jueves, 11 de septiembre 2008, 11:31
EL día 7 de septiembre se presentó oficialmente la bandera de Villafranca, coincidiendo con las celebraciones de la patrona de la ciudad y el acto institucional con motivo del Día de Extremadura. Era la puesta de largo de la bandera que venía luciendo desde hacía algunos meses en el salón de plenos del Consistorio villafranqués. El diseño gráfico del proyecto de bandera se debe a Jesús Ruiz del Burgo Moreno, ex presidente de la Sociedad Española de Vexilología, aunque fue la modelo villafranquesa Isabel Burguillos del Valle la que sirviera de enlace entre el artista y el Ayuntamiento de la localidad para llevar a efecto dicho proyecto, ratificado por el pleno de la corporación municipal. De ese acuerdo se dio traslado a la Consejería de Presidencia de la Junta de Extremadura para su aprobación definitiva.
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El diseño, elegido entre una decena de bocetos presentados por el autor, corresponde a una bandera blanca con bordura roja y el escudo municipal en el centro, mientras que en los cuatro ángulos de la misma puede verse el anagrama de índole musical que representa a la Ciudad de la Música y lo rodea formando un conjunto unitario. Las bordadoras encargadas de dar forma a la bandera son seis artesanas de Villafranca: Eulalia Chaparro Dorado, Antonia Hernández Flores, Fidela Romero Montero, María Hernández Flores, Joaquina García Sánchez y Dolores Sánchez Sánchez.
Empuje y sobriedad
El alcalde, Ramón Ropero, se refirió a la bandera como la heráldica que necesitaba la ciudad porque representa «el empuje y a la vez la sobriedad, nuestro carácter valiente y sosegado al mismo tiempo». Desde el Ayuntamiento la explicación es bien sencilla. «Los colores de la bandera emanan de los esmaltes del escudo municipal, representando el color rojo el pasado de la localidad y de España, y el color blanco, el futuro y el progreso material y alto compromiso en valores de índole ético y social». Había interés por contar con «una enseña identificativa del municipio que no representa tendencia política alguna, sino que es símbolo de todos los pueblos y habitantes del territorio». Se trataba, en suma, de tener simbología identificativa propia, ya que junto al escudo heráldico de la ciudad tendrá carácter de estandarte para los hombres y mujeres de Villafranca, y un ejercicio de recuperación de la historia de los municipios y símbolo de su pasado que constituye de cara al futuro la imagen que identifica a los ciudadanos de los pueblos de Extremadura.
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