El paso, con los pies de los costaleros que van debajo, al salir del templo, en la calle Doñana./M. N.
CACERES

Los costaleros se estrenan en Cáceres con la procesión de Jesús de la Humildad

La cofradía hizo historia al adelantar la Semana Santa al sábado y al recorrer las nuevas zonas residenciales

J. J. GONZÁLEZ REDACCIÓN

Domingo, 5 de abril 2009, 13:44

La primera 'levantá' arrancó enseguida los primeros aplausos, incluso antes de salir el paso del templo parroquial del Beato Marcelo Spínola porque decenas de personas se congregaban a las puertas. Estaban expectantes ante el estreno de la primera procesión que sale de una nueva zona residencial como es El Vivero. Lo hizo a las 20.15 horas, con quince minutos de retraso sobre la hora prevista, pero no importaba porque el público presente estaba entregado y dispuesto a saludar con entusiasmo esta primera procesión de la Semana Santa cacereña 2009, que hacía historia por un triple motivo. La procesión de esta nueva cofradía de la ciudad, la de Nuestro Padre Jesús de la Humildad en su Prendimiento y María Santísima del Dulce Nombre, creada en 2007, ha hecho historia porque es la primera que sale con costaleros, al estilo andaluz en vez de hermanos de carga (que cargan a hombros). Es también la primera que recorre una nueva zona residencial de la ciudad, fuera del centro urbano, aunque existe otra, la del Espíritu Santo, que tiene su itinerario en el barrio del mismo nombre. Además, es la cofradía que ha adelantado la Semana Santa en la ciudad al sábado en vez de arrancar el Domingo de Ramos, como era tradicional. Procesión Así, la jornada de ayer ya no fue de simple preámbulo de Semana Santa, con la presencia de 'Los Armaos de Bolaños de Calatrava', sino de plena pasión, con la primera procesión, el paso de Jesús de la Humildad, una talla, de estilo barroco, realizada el pasado año por el escultor sevillano Joaquín Dubé Herdugo. Bajo el paso se situaban 35 costaleros, que sin relevo completaron el itinerario procesional, por calles del Vivero y parte del vecino Cabezarrubia. Abría la procesión un pequeño grupo de cofrades, una decena, con túnica beige y antifaz de terciopelo verde y la cerraba la banda de tambores y cornetas Cáceres 2016. «¿Ole ahí!», jaleaba el público a los costaleros al levantarse el paso tras los intervalos de descansos. Los vecinos no querían perderse la salida y hacían fotos con cámaras o con los móviles y los aplausos se repetían como mensajes de ánimo a los esforzados costaleros que sólo dejaban entrever sus pies, calzados con zapatillas de esparto blanco.

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