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A.S.O.
Martes, 21 de abril 2009, 11:35
HA remediado sequías y hambrunas, despejado temporales y detenido epidemias. Extraordinaria es la vez que la Virgen del Puerto bajó a la ciudad en rogativa y las súplicas no se atendieron. Algunas venidas no se vieron exentas de polémica y enfrentamientos entre ciudad y Cabildo. En ocasiones, unos y otros llegaron a las manos por portar la Virgen, como en 1753, en el camino del Puerto.
Pero la Patrona también ha llegado por otros motivos, aunque más raramente. En 1808, con la Guerra de la Independencia y ante el peligro existente, permaneció 10 años en la Catedral. En la primavera 1938, vino a petición del Ayuntamiento en rogativa por 'el triunfo y la paz'. En 1737 por las obras en el santuario.
La última vez que bajó en rogativa por lluvia, a propuesta de labradores y ganaderos, fue con la sequía de 1949. Después, los motivos de las venidas de la Virgen a Plasencia han sido mas 'institucionalizados'.
En 1952 vino para ser coronada canónicamente en un multitudinario acto. En 1954 volvió a la Catedral para conmemorar el séptimo centenario del Cabildo y el primero del dogma de la Inmaculada. Más de dos décadas tardó en volver a su ciudad. Fue en 1977, con motivo del 25 aniversario de la Coronación. La ciudad se volcó con ella como es costumbre.
Todavía en el siglo XX la Virgen del Puerto fue traída en abril de 1989, con motivo del Año Santo Mariano. La posterior llegada tuvo que esperar hasta el 2000, con motivo del Año Jubilar Diocesano. La última de 'la Canchalera' fue en 2002, para conmemorar el 50 aniversario de la coronación canónica. La próxima será la de este otoño, para la reapertura de la restaurada Catedral nueva.
La primera bajada de la que se tiene constancia es de 1589. La Virgen fue a la Catedral, tras recalar antes en San Roque como era norma. Fue para remediar la sequía. En el novenario a la Virgen llovió en abundancia y el Cabildo, agradecido, le regaló un manto.
En 1593, los regidores, en nombre de la ciudad, piden al Cabildo que baje a la Catedral, estableciéndose en el altar mayor 'de lo viejo' y celebrándose un novenario. No hay datos sobre si llovió, ni si el motivo de la venida.
Por sequía y temporal
En 1594, los regidores piden al Cabildo, que autorice la bajada en rogativa por la sequía. Fue subida a los 10 días sin haber llovido. La semana siguiente lo hizo con abundancia y los campos se remediaron. En el mismo mes de 1598, vino ante la falta de agua. Debió llover porque el Cabildo le regaló un cáliz y unas vinajeras.
En 1602 se trae a la Virgen en rogativa por el exceso de lluvia, ante el temor de los campesinos a perder las cosechas. El temporal amainó. En abril de 1605 vuelve para remediar la sequía. En el novenario llovió mucho y el Cabildo le regaló un cáliz, unas vinajeras y una salvilla de plata. Este año pasó de la Catedral vieja a la nueva, en donde estará en adelante cada vez que baje.
En 1612, a petición de los regidores, el Cabildo autoriza que baje. Durante el novenario llovió en abundancia y el Cabildo dio 40 ducados para el hospital San Marcos. Dos años más tarde, los regidores reiteran la petición al Cabildo ante la falta de lluvia. Durante el novenario llovió y se salvaron las cosechas.
En noviembre de 1619 fue traída pero por muy distinto motivo: Cabildo y ciudad organizan la bajada en rogativa para pedir por la salud del Rey. Con las limosnas recaudadas, se hizo un manto de brocado, forrado con damasco de color pajizo.
En 1622 se bajó la Virgen después de que las procesiones de rogativas del Cabildo, desde la Catedral al Salvador no dieran fruto. Llovió en abundancia.Y en febrero de 1623 se trajo a la Patrona en rogativa para que cesaran las torrenciales lluvias y fuertes crecidas de los ríos. Tal fue la del Jerte, que a la santera de San Lázaro le llevó los enseres de la casa.
En abril de 1637 los regidores piden al Cabildo que baje la Virgen por la sequía. Este manda que, tras un novenario a la del Perdón, se traiga a la Del Puerto, pero como llovió antes, no vino. Algo parecido pasó en octubre de 1645 cuando, pese a tener concertado bajarla, se suspendió por la lluvias, tras unas rogativas a la Virgen del Sagrario.
Contra la peste
En 1649, ante la amenaza de la peste, el Cabildo saca en rogativa a San Roque desde el hospital de la Cruz a la Catedral, al que hacen novena. Después, el Cabildo, para pedir la clemencia divina y ante la expansión del mal por la región, dispuso bajar a la Virgen.
Desde el hospital de la Cruz a la Catedral fue en procesión de penitencia. Cabildo y ministros fueron descalzos 'de pie y pierna, con sobrepellices sin rizar'; los regidores, 'sin zapatos, en soletas, sin espada, ni golillas'; religiosos y devotos, hicieron 'disciplina pública de mucha sangre'; y el pueblo, 'voceando clamores lastimeros a Nuestra Señora'. Hubo novena y volvió, con el mismo rigor, a su ermita. La ciudad se libró.
En 1653 vino por falta de agua y llovió y en 1664 el Cabildo hizo rogativas a la Virgen del Sagrario por la falta de agua. Al no llover, bajaron a la Virgen del Puerto y llovió. En 1685, ante la sequía, se hicieron rogativas a la Virgen del Sagrario y al Cristo de San Esteban con procesión No llovió. Trataron de sacar a la Virgen de la Soledad, del convento de San Vicente, pero no hubo acuerdo y se decidió celebrar 300 misas por las ánimas, con solemne oficio de difuntos. Tampoco llovió. Bajaron a la Virgen del Puerto que remedió la calamidad.
En 1699 el Cabildo sacó en rogativas a la Virgen del Sagrario, por la sequía. Como no llovió, se bajó a la del Puerto y llovió. Y en 1700, el Cabildo dispuso sacar en rogativa al Cristo de San Esteban por la falta de lluvia. No se remedió la sequía y se bajó a la Virgen del Puerto y llovió. Lo mismo sucedió en agosto de 1715. Y en octubre de 1720, el Cabildo dispuso rogativas a la Virgen del Rosario por la sequía. Como no llovió se bajó a la del Puerto.
En 1734 el Cabildo hace procesión con el Cristo de San Esteban, por la falta de gua. Llovió dos días. Al mes siguiente y ante la necesidad de lluvia, determinaron bajar a la Virgen del Puerto.
En febrero de1737, el Cabildo, a petición del Capellán del Regimiento de Suizos, que estaba en Plasencia, acuerda descubrir la Virgen de la Asunción, por la necesidad de lluvia. Tras un triduo al Santísimo y no ver una nube, decidieron bajar a la Virgen del Puerto, y llovió.
Polémica bajada
Hasta 1750 no vuelve a bajar la Virgen La más polémica venida fue la de 1753 en que el Ayuntamiento y Cabildo se enfrentan ante la decisión del primero de bajar a la Virgen a petición de los labradores y ganaderos, por la sequía. El Cabildo protesta por no ser potestad municipal decidir la traída de la Patrona pero con la fuerte sequía no les queda otra. Sin embargo, deciden adelantarse y subir al santuario al día siguiente para traerla.
En el camino de vuelta se encuentran con los regidores que iban a por ella y la toman a la fuerza. Al poco, el Cabildo recupera la imagen pero en los Alamitos se repite el escándalo al tratar de impedir el Ayuntamiento al Cabildo que la porte como era tradición. La situación da origen a un pleito que gana finalmente la ciudad. Durante el XIX y XX las bajadas obedecen a la necesidad de lluvia y otros desastres.
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