¿Qué ha pasado hoy, 14 de marzo, en Extremadura?
Falsificaciones de una conocida marca de ropa deportiva en el mercadillo de Badajoz. / HOY
BADAJOZ

Vender ropa y cedés falsificados son los principales delitos de pirateo en la ciudad

Ambas infracciones están penadas por la Ley de Propiedad Intelectual e Industrial

NATALIA REIGADAS

Domingo, 7 de junio 2009, 12:53

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Estar sentado en una terraza y que se acerque una persona vendiendo cedés de música o películas es cada día más común. Es lo más común en las calles y también el delito de pirateo que más se detecta en la Jefatura Superior de Policía de Badajoz. Tras éste, las falsificaciones de ropa de marca completan las principales violaciones de la Ley de Propiedad Intelectual e Industrial que se dan en la ciudad.

El grupo de Delincuencia Económica de la Policía Judicial es el equipo encargado de vigilar y denunciar estos delitos. Según sus datos, las infracciones conocidas como 'pirateo' son escasas en la ciudad, aunque han crecido en los últimos tiempos.

Según explica el responsable de este grupo, se pueden producir unas cuatro o cinco detenciones al mes sólo debido a los cedés falsos. «Va por rachas, hay épocas en las que no hay nada y luego, en una semana, se detectan tres», especifica este policía.

Música desde Madrid

El perfil más común de los detenidos por vender cedés piratas es el de personas nacidas en China que, no viven en la ciudad sino que están de paso sólo para intentar dar salida a su mercancía. «Suelen venir de Madrid y estar dos días en la ciudad vendiendo, si no es así, viven aquí pero reciben los cedés por mensajería».

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Cuando la Policía Nacional o Local detecta a uno de estos vendedores y lo detiene se enfrenta a un problema importante. «Van indocumentados. De hecho, en muchos casos sólo llevan encima el billete de bus de vuelta a Madrid. Por eso sabemos que vienen de allí y además, no hablan español». Ante esta situación, los agentes les enseñan un papel donde se especifican sus derechos en chino y esperan a que llegue la intérprete para tomarle declaración.

Si continúan sin identificarle, le toman las huellas dactilares y sacan su nombre si ha sido detenido con anterioridad. Un delito de este tipo puede suponer sólo una multa que depende de la cantidad de material ilegal que se le incaute. Estos vendedores suelen estar de forma irregular en el país y su detención supone un expediente de expulsión.

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Este tipo de detenciones se realiza gracias a la vigilancia de la Policía Nacional, que es la que investiga el 90% de las denuncias por infracciones de la Ley de Propiedad Intelectual.

El resto se producen debido a denuncias de ciudadanos o empresas. La Sociedad general de Autores (SGAE) acudió en una ocasión al grupo de Delincuencia Económica para denunciar a un puesto del mercadillo que vendía cedés falsificados de alta calidad, es decir, parecen auténticos pero no lo son. Era la época de éxito de la cantante infantil María Isabel y la SGAE detectó la falsificación porque el cedés original de esta artista llevaba una muestra de colonia mientras que los falsos no lo hacían. Un perito de la Sociedad de Autores acompañó a la Policía para poder comprobar que se trataba de falsificaciones porque, a simple vista, no lo parecían.

La SGAE, que es el órgano que más defiende los derechos de autor, no suele poner denuncias en la Policía Nacional de Badajoz. Esta entidad cobra el canon a los establecimientos que usan música o vídeo y, según Carlos Bernáldez, secretario de la Asociación Provincial de Empresarios de Espectáculos y Hostelería, si no se paga, la SGAE lleva directamente a los juzgados al dueño del establecimiento.

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Unidas a las violaciones de la Ley de Propiedad Intelectual se encuentran las infracciones contra la misma ley pero de las industrias. Bajo este epígrafe se encuentra la ropa de marca falsificada, el delito más común en la ciudad, o plagios más llamativos. «Se han encontrado incluso piezas de coche o avión falsificadas», explica el responsable del grupo de Delincuencia Económica en Badajoz.

Portugal es el origen de la mayor parte de la ropa, zapatos y complementos, especialmente bolsos, que llegan a la ciudad. Según el responsable de investigar estos delitos, «allí hay fábricas, cerca de Lisboa, que se dedican exclusivamente a hacer copias». El mercadillo es el punto en el que más falsificaciones detecta la Policía y no es fácil cuando deciden intervenir. «Muchos clientes nos increpan, la gente no entiende que las falsificaciones bajan la calidad de las marcas originales, que no pueden competir», explica.

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Las naves industriales gestionadas por ciudadanos de nacionalidad china también han sido intervenidas en varias ocasiones por delitos de piratería.

Naves que son viviendas

El problema, en estos casos, es que los agentes necesitan una orden de entrada y registro, ya que muchas de esas naves son la vivienda habitual de sus propietarios y no establecimientos públicos. «Nos ha pasado. En el momento en que estas registrando y te encuentras una cama y un frigorífico tienes que parar porque es una vivienda,. Por eso trabajamos para conseguir las órdenes y detectar los artículos falsificados», explica el policía. Al igual que en el caso de los cedés, la Policía suele investigar estos casos por sí mismos, pero también reciben denuncias puntuales de las empresas afectadas.

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«Vino un comercial de una marca muy conocida que sólo vende sus joyas en sus tiendas. Fue a una joyería de Badajoz, compró una pieza copiada y vino con ella y el resguardo de compra para que interviniésemos».

En cuanto al pirateo casero, es decir, los usuarios que se descargan música o películas por Internet, la legislación tiene diversas lagunas. Teóricamente no es ilegal, y por el momento, no hay denuncias de este tipo en la ciudad.

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«Si no se compraran, no se venderían falsificaciones», concluye el responsable del grupo de Delincuencia Económica.

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