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Fernando Trueba rodeado de Abel Ayala, Ariadna Gil y Miranda Bodenhöfer. / AFP
Fernando Trueba: «Las películas pasan su examen cuando transcurren 25 años»
SOCIEDAD

Fernando Trueba: «Las películas pasan su examen cuando transcurren 25 años»

Este viernes se estrena 'El baile de la Victoria' , elegida para ir a los Óscar «Soñar con un óscar no cuesta, todo se puede pensar» , dice, irónico, el director

RAFAEL HERRERO

Miércoles, 25 de noviembre 2009, 01:08

«Cuando se estrena una película, con el público se crea una especie de abrazo, de contacto entre ambas partes. Pero las películas pasan su verdadero examen cuando transcurren 25 años. El gran crítico es el tiempo». Lo dice, con su proverbial ironía, el cineasta Fernando Trueba , cuyo último film, 'El Baile de la Victoria', se estrena este viernes en las carteleras españolas y ha sido la cinta cinematográfica elegida por los miembros de la Academia de Cine para representar a España en la candidatura de los Oscar.

Trueba, que ya tiene una estatuilla en su haber, arguye que «soñar con un Oscar no cuesta, porque todo se puede pensar». Y cuando se le interroga que su colega de profesión, el manchego Pedro Almodóvar, podría hacerle entrega del galardón cinematográfico estadounidense, espeta con humor: «Si me lo llevo, espero que no tengamos que forcejear».

Ambientada en Chile, 'El Baile de la Victoria' está protagonizada por Ricardo Darín ('Nueve reinas', 'El hijo de la novia'), el joven argentino Abel Ayala ('El Polaquito'), Ariadna Gil ('Belle Epoque', 'Soldados de Salamina') y la debutante Miranda Bodenhöfer, una joven bailarina chilena descubierta en Santiago de Chile por Trueba cuando tenía 16 años y que se sumó al proyecto cinematográfico ya con 18 años. 'El Baile ...' es la adaptación de la novela homónima, ganadora del Premio Planeta, de Antonio Skármeta, quien ha colaborado en el guión junto al propio Fernando Trueba y Jonás Trueba .

Fernando insiste, contundente, en que literatura y cine «son realidades distintas» y, por tanto, «la película es otra cosa que la novela». «He hecho con el libro lo que me ha dado la gana, porque la adaptación de la obra para el cine es siempre el punto de partida». Aún así, considera una 'suerte' que la adaptación cinematográfica sea de una obra literaria de Skármeta, «porque es una persona del medio que ha escrito películas y ha hecho mucha televisión. Es alguien que conoce bien este medio y que no tiene ningún problema», considera.

La protagonista muda

Incluso sin acabar el guión, Trueba se desplazó a Santiago de Chile para trabajar en que los diálogos «sonaran chilenos» y para recorrer y empaparse de la ciudad. Allí, en una escuela de danza, descubrió a una chica de 16 años, «delgadita y alargada, como Chile» y la vio ya como probable candidata para protagonizar a Victoria, una chica que no habla debido a un trauma y que juega un papel esencial en el filme. Dos años después, se reencontraron «y volvimos a los orígenes».

La última película de Trueba narra una historia de amor, amistad y venganza. Con la llegada de la democracia, el presidente de Chile decreta una amnistía general para todos los presos sin delitos de sangre. Entre ellos se encuentran el joven Ángel Santiago (Abel Ayala) y el veterano Vergara Grey (Ricardo Darín), un famoso ladrón de cajas fuertes. Sus planes no pueden ser más opuestos. Mientras Vergara sólo quiere recuperar a su familia y cambiar de vida, Ángel sueña con vengarse del alcaide de la prisión donde estuvo internado y protagonizar un ambicioso y arriesgado robo. Pero en su camino se cruza la joven Victoria (Miranda Bodenhöfer), una misteriosa adolescente cuya única manera de expresarse es el baile, y las vidas de los tres sufren un cambio total que les llevará a enfrentarse con un nuevo destino.

Miranda explica que el papel cinematográfico que llegó a su vida fue «un regalo que no esperaba, porque me dedicaba íntegramente al ballet. Podría decir que se integró una nueva vocación. Me fascinó actuar y bailar a la vez», relató en conferencia de prensa. Trueba siempre tuvo claro que el papel de Victoria -«un personaje que no habla y con el que había que jugar con otros elementos»- lo debía interpretar una bailarina. «Una bailarina se mueve diferente, todo es distinto», matiza el director. Miranda insiste en que «ser muda obliga a un trabajo facial muy fuerte. Las miradas y las intenciones que debes expresar son más complicadas».

El cine no es nacionalista

Con Abel Ayala contactó en España y con su fichaje fue consciente Trueba de que «la película acaba de mejorar sustancialmente, sin empezar siquiera a rodar». Abel, que encarna al joven «vitalista e ilusorio» Ángel Santiago, cree que «en la vida real no se puede ser así». «Yo al menos no lo soy», aunque a continuación precisa: «Quizá sí, porque cuando se actúa, se pone todo lo que uno tiene».

Trabajar con Ricardo Darín fue para el realizador español una bendición. «Le contrataría en todas las películas, incluso le pondría en un cuarto en mi casa. Es una persona que hace reír, que es lo que más valoro, porque da salud, alarga la vida y da felicidad. Aparte de ser un super actor, es maravilloso e impagable que te hagan reír». Trueba cree que, aunque centrada en Chile, 'El Baile de la Victoria' «es una película de todas partes». Y es que cree el director que «el cine nunca ha sido nacionalista; el arte es transnacional. He hecho películas por todas partes y para mí es maravilloso ser un ciudadano del mundo».

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