PPLL
Sábado, 26 de diciembre 2009, 01:04
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Antonio Durán no para. No se detiene ni en Navidad. Considera que defiende algo que es justo: el derecho al descanso de los vecinos, en demasiadas ocasiones puesto en cuestión por los incumplimientos de la normativa vigente en materia de ruidos o la dejadez administrativa. Más aún. La colaboración de las propias instituciones. Reconoce el presidente de Cacereños contra el Ruido que no se opondrían a la ampliación de horarios si la normalidad reinase en los barrios como la Madrila durante el resto del año. Ocurre, afirma, justo lo contrario. Habla de bares abiertos fuera de hora y de noches sin dormir y lo resume en una frase: «Lo que más nos duele es el desprecio con el que la Administración nos trata». Durán firma la impugnación de la resolución del director de Justicia e Interior acerca de la ampliación en dos horas del horario de cierre. Lo hace como presidente de Cacereños contra el Ruido, pero también como ciudadano concienciado en defensa de unos valores que considera básicos, como el respeto ajeno. «La Administración autonómica actúa con un desprecio absoluto hacia la normativa», abunda, y expresa su queja por la participación del Ayuntamiento en actividades como las de la carpa de la Plaza Mayor, que está generando las protestas vecinales.
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