Pasarse de la raya

En 1987, y tras una cubierta que reproducía una obra del pintor Javier Fernández de Molina, nacía la revista Espacio/Espaço Escrito, con el subtítulo de «Revista de literatura en dos lenguas». Esas dos lenguas eran el portugués y el español, que se daban la mano entre las páginas de la publicación, amparadas en unas palabras del poeta Fernando Pessoa y con guiño incluido al célebre poema 'Espacio' de Juan Ramón Jiménez. En esas palabras, convertidas en leit motiv de la revista, Pessoa veía con simpatía la posibilidad de editar -ya a principios del siglo XX¬ una revista en la que apareciesen indistintamente textos en portugués y en español, principio básico que rige todos y cada uno de los números de la revista. Fundada y dirigida en sus primeros números por tres poetas extremeños: Ángel Campos Pámpano, Diego Doncel y Álvaro Valverde, y amparada por la Diputación Provincial de Badajoz, que se convirtió en editora de la misma, Espacio Escrito constituyó pronto un punto de referencia entre sus congéneres, las revistas culturales dedicadas a ahondar en las relaciones entre los dos países. Acompañada durante más de dos décadas por publicaciones análogas, como Boca Bilingüe o Canal, la revista extremeña encontró pronto su hueco en el mercado de revistas literarias, no solo por su importante apuesta gráfica (en la que tuvieron un papel fundamental Emilio Torné y Luis Costillo), sino por haber elegido un campo de trabajo no demasiado habitual en este tipo de publicaciones: los números monográficos.

De hecho, hojear el índice de toda su producción significa repasar buena parte de la nómina fundamental de autores españoles y portugueses de la segunda mitad del siglo XX, con nombres recientes, como José Saramago o Juan Goytisolo, en la compañía de otros clásicos de la modernidad, como Almada Negreiros o Teixeira de Pascoaes. Desde esta singular perspectiva, con la seguridad de apostar siempre en nombres firmes de las literaturas de ambos países, Espacio/Espaço Escrito se transformó en uno de los referentes ineludibles de las relaciones literarias hispano-portuguesas, convirtiendo su colección (que comprende varios miles de páginas) en lugar de referencia inevitable para todos aquellos estudiosos o amantes de las letras ibéricas.

Últimos números

Dirigida por Ángel Campos Pámpano y con la participación en su edición de la Editora Regional de Extremadura (de la mano de Fernando Tomás Pérez González), la revista vivió a finales de los años noventa, probablemente, su momento más dorado. Con la valiosísima colaboración del prestigioso editor portugués Hermínio Monteiro (director por entonces del sello Assírio&Alvim), la publicación obtuvo un espacio propio e inconfundible, del que brotó el periódico 'Hablar/Falar de poesía', en cuya elaboración participaron una docena de revistas literarias de los dos países, auspiciadas por la publicación extremeña.

Un año después de la muerte de Ángel Campos Pámpano, acaban de aparecer dos volúmenes que recogen los últimos materiales de la revista. El primero de ellos, que recoge los números 27 y 28, lo componen aquellos textos encargados por su director y que han sido recopilados por el consejo de redacción, con la máxima fidelidad posible al plan trazado por su director. El dossier central de la entrega lo compone un notable conjunto de textos (poesía, narrativa y ensayo) que tienen como motivo central el ámbito de la Lusofonía, con representación de autores de Cabo Verde, Mozambique, Angola o Macao, mientras que en la parte miscelánea encontramos textos de autores como José Luis Puerto, Fernando R. de la Flor, Germán Labrador Méndez, Nicanor Vélez o Antonio Trinidad Muñoz. El número se completa con dos intensos homenajes a dos personas fundamentales en la vida de la revista, los editores Fernando Tomás Pérez y Hermínio Monteiro, con un puñado de textos recogidos por la redacción de la revista hace algún tiempo, de la mano de Rafael Conte, Ignacio Martínez de Pisón, Javier Cercas o Francisco Rico (en el texto del homenaje a Fernando Pérez) y de Mário Soares, Jorge Sousa Braga y Francisco Espadinha (en el de Hermínio Monteiro).

Pero la entrega final de la revista, la que escribe el emotivo colofón editorial a su trayectoria, no es otra que un número especial de casi doscientas páginas creado como homenaje a Ángel Campos Pámpano, y en el que nombres cercanos a su persona han entregado textos literarios que recuerdan alguna faceta de su relación con el poeta de San Vicente de Alcántara. Si Espacio Escrito ha sido, durante muchos años, un espejo en el que se reflejaba el trabajo literario, los gustos y la forma de hacer una revista de su director, este último volumen de la revista ha querido ser, de la mano de su coordinador principal, Miguel Ángel Lama, un recuerdo que afianzase de forma indeleble el valor intrínseco de la obra literaria (no solo poética, sino de traducción, edición, animación cultural y profesoral) de Ángel Campos, al cumplirse el primer aniversario de su fallecimiento.

Exposición de homenaje

En paralelo a la publicación de estos últimos números, el MEIAC de Badajoz ha querido rendir su particular homenaje a la revista y a su director, y lo hace estos días en la forma de una sobria y elegante exposición que coloca el centro de atención en las colaboraciones gráficas aparecidas en la revista, con nombres fundamentales, como Barjola, Vostell o Vieira da Silva, por solo citar algunos nombres. Comisariada por Javier Fernández de Molina y por Antonio Franco, la muestra es, sobre todo, una excelente ocasión para revisar los contenidos de la totalidad de la colección de la revista, disfrutando de la plasticidad de su propuesta y del valiosísimo elenco de artistas que poblaron sus páginas. Sin duda, todos aquellos amantes de las literaturas portuguesa y española tienen en esta exposición una cita ineludible, una de esas propuestas que no se pueden rechazar. El espacio escrito creado por esta publicación extremeña permanecerá, qué duda cabe, siempre vivo en la memoria de todos aquellos que tengan entre las manos alguno de los ejemplares de la revista.