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Enrique, vecino de Cerro Gordo, viene de comprar el pan en la panadería que abrió el mes pasado. El barrio le gusta, pero ahora desea que haya servicio de autobuses los fines de semana. :: Casimiro M. Xxx. :: xxx
Cerro Gordo encara el año con el reto de que lleguen más negocios
BADAJOZ

Cerro Gordo encara el año con el reto de que lleguen más negocios

En los últimos quince días han abierto una parafarmacia y una panadería y desde esta semana el barrio contará con su primer bar, un mesón rústico

J. LÓPEZ-LAGO

Martes, 12 de enero 2010, 02:24

Ya no hará falta coger el coche para tomarse el café o la cerveza en San Roque. Este jueves Cerro Gordo tendrá su propio bar, un mesón de decoración rústica en la calle Lady Smith, llamada a ser el eje comercial de esta barriada cuyas primeras 77 viviendas fueron entregadas en junio de 2008 y donde, de momento, sólo hay tres negocios abiertos: una tienda de chucherías que abrió en abril de 2009 más una panadería y una parafarmacia que han empezado a dar servicio hace menos de tres semanas.

El Mesón Los Melendres es ahora la gran esperanza para empezar a revitalizar un barrio demasiado tranquilo. El local ya está equipado por dentro y falta que llegue el género y poco más, indica su titular, el empresario Antonio Llera, que también abrirá este mes, justo al lado, la pollería El Mallito.

Llera es consciente de que un bar era un negocio muy esperado en la zona, más que por el carácter ocioso por la faceta social que representan los locales de hostelería pues no son pocos los vecinos que se quejan de que todavía no haya en esta nueva barriada un espacio común donde verse las caras. «Yo vivo aquí, pero en realidad en cuanto llego voy directa a casa y sólo salgo para ir a trabajar. Una cafetería hace ya falta porque apenas nos conocemos los que vivimos aquí», decía ayer Zoila Sáez, madre de un hijo de tres años cuya prioridad en realidad es una guardería «porque hasta ahora tengo que llevar a mi hijo con mi madre todas las mañanas y eso que aquí hay bastantes niños pequeños».

Como es lógico, cada vecino tiene sus necesidades, aunque la mayoría coincide en que un supermercado hace falta más que otra cosa. En la promotora Joca afirman que la negociación del propietario de un local con la cadena El Árbol está cerrada. Se trata de mil metros cuadrados y es sólo cuestión de tiempo que la cadena decida hacer la obra y abrir.

Otra actividad que tendrá sede en Cerro Gordo es la financiera con la apertura de una oficina de Caja Badajoz en 2010, aunque lo que desea Enrique Linares, de 35 años y vecino de la calle Lady Smith es «que haya servicio de autobuses los fines de semana porque aquí falta de todo, aunque a mí me gusta este barrio. Es cuestión de tiempo».

Ahora mismo ya se han entregado 1.800 viviendas según Joca, que espera entregar a lo largo de este año 300 más entre unifamiliares, viviendas medias de 120 metros cuadrados y especiales, de 80 metros cuadrados. En cuanto a las áreas dotacionales, Joca afirma que las dos parcelas que incluyen un centro de salud y un colegio de primaria ya están recepcionadas por la Junta de Extremadura, que es la que ahora marca los plazos. Las pistas polideportivas construidas con cargo al Plan E ya pueden usarse.

Un censo impreciso

Según Manuel López, presidente de la asociación de vecinos de Cerro Gordo, «la sensación es que poco a poco se van haciendo cosas. El mesón era importante, pero lo más necesario ahora mismo es una tienda de comestibles».

Adivinar la población de Cerro Gordo es complicado. Aunque se han entregado 1.800 viviendas, no todos los dueños viven aquí, reconoce Manuel López, quien sabe que muchos de sus vecinos apenas pisan la calle y su vida en Cerro Gordo transcurre entre el garaje y su casa. «En mi opinión, habrá entre 1.000 y 1.500 vecinos», calcula.

Por su parte, Luis César Oviedo, que abrió aquí su parafarmacia a finales de año, estima que la población real ronda las 700 personas.

Pero Isaac Bolaño, que también acaba de abrir allí una panadería, ve más allá de la barriada y enfoca su negocio también «a los habitantes de Balboa, Villafranco o la urbanización Golf Guadiana, donde hay 300 viviendas y sólo un restaurante». Según este empresario pacense, «cuando se estaba construyendo la barriada mucha gente estaba interesada en los locales comerciales. Yo llamé y me dijeron que me tenía que poner a la cola y fíjate, todos vacíos porque cuando los empresarios pidieron dinero a los bancos éstos no se lo dieron. De los 14.900 metros cuadrados que hay en locales comerciales no creo que estén vendidos más de 3.000 metros».

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