Extremadura, una brújula peninsular

Cuando se estudia el Quijote, se habla mucho del protagonista de la novela, y también de su compañero de aventuras, Sancho Panza. Y casi nadie recuerda al verdadero héroe del libro: el narrador. Buceando en manuscritos antiguos, este narrador vive, sin que casi nadie se de cuenta, una aventura mucho mayor que todas las de Alonso Quijano: la de redactar un libro maravilloso. Con él, aprendemos una de las grandes lecciones de la obra: las quijotadas son amargas en los cuadriláteros de la vida, pero dulces en las espirales de la literatura.

En la Península Ibérica, siempre ha habido muchos Quijotes del iberismo, y muchos Sanchos Panzas, que intentan sacar tajada de los negocios peninsulares, acotando la ínsula de su felicidad personal. Pero hay pocos narradores: Antonio Sáez Delgado es uno de ellos. Uno de los mejores. Sus trabajos nos cuentan una parte del laberinto ibérico y lo hacen sorteando los minotauros políticos, con una lógica elegante y amable de hilos culturales.

Hilo a hilo, Antonio ha dibujado la telaraña de lo que fueron las relaciones literarias peninsulares, entre finales del siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX. Su técnica es la del narrador cervantino: le gusta zambullirse en viejas tiendas de libros antiguos, para ver el mundo ibérico en espejos de polvo. Su trabajo se ha hecho poco a poco, a ese ritmo de vuelo de abejas que tiene la lectura. Pero el resultado es ya ingente, con varios volúmenes de referencia publicados.

Además de profesor universitario, Antonio es escritor. O sea, estamos ante un centauro cultural, dividido entre las burocracias del conocimiento y las sublevaciones de la creación. No es fácil llevar esta doble vida, que con frecuencia se convierte sencillamente en una doble muerte. No olvidemos que, a veces, la universidad transforma a las obras literarias en momias que hablan en clase. Y un escritor de perfil académico corre el serio riesgo de descubrir que toda su obra literaria no es más que su propio sarcófago pintado.

No le ha pasado eso a Antonio, y la prueba es Suroeste. Este proyecto empezó siendo una exposicióntuvo lugar el año pasado en el Museo Extremeño e Iberoamericano de Arte Contemporáneo de Badajoz y después se pudo ver en Lisboa y otras ciudades de la península, una iniciativa que marca un hito en las relaciones peninsulares. Y la exposición se ha transformado en revista literaria, sin duda una de las mejores del panorama ibérico. Una revista, cuyo director es Antonio Sáez Delgado, y que representa ante todo un gesto cultural y creativo. Se trata de una de esas publicaciones que funciona como un gran poema de papel.

Un poema de papel con palabras gallegas, castellanas, catalanas y portuguesas. Estamos, pues, ante la Península Ibérica en toda su diversidad, sin presencia de heridas. La cultura es siempre la mejor cicatriz. Y además Suroeste cuenta también con un cielo de bellas imágenes, que vuela sobre sus páginas, donde tropezamos con algunos de los nombres claves de las letras ibéricas de este momento. Hay publicaciones en las que se puede tocar con los dedos más suaves del amor, y esta es una de ellas, por su hermoso cuerpo de papel.

Todo esto ocurre en Extremadura, ese desierto de esplendores: esa región que es la gran puerta abierta entre España y Portugal. Da la impresión que Mérida, con todo su brillo, está renaciendo espiritualmente en las dehesas extremeñas. En un momento en el que Europa entera se ha transformado en un pobre personaje galdosiano hundido en sus deudas, en esta hora en la que España y Portugal descubren que su progreso no pasaba de pura calderilla posmoderna, estos renacimientos son un lugar de esperanza. Extremadura es, en este momento, una de las brújulas de la vida peninsular.

Antonio Sáez, Director de Suroeste: «Es un tablero para el juego lenguas»

:: MERCEDES BARRADO

Saborear un poema en cualquiera de las lenguas de la península ibérica, saber qué se cuece en los mundillos editoriales de España y Portugal y reflexionar sobre los creadores de uno y otro país son algunos de los objetivos de la revista Suroeste, que acaba de salir bajo la dirección del profesor y presidente de la Asociación de Escritores Extremeños, Antonio Sáez.

Suroeste se subtitula Revista de literaturas ibéricas y va a ofrecerlas en sus idiomas peninsulares originales. Tendrá carácter anual. Está editada por la Editora Regional de la Junta extremeña y el departamento de publicaciones de la Diputación de Badajoz.

¿Cómo se atreve a dirigir un proyecto así en plena época de crisis?

Es un proyecto que surge como heredero de un grandísimo proyecto que es Espacio/Espaço Escrito, que a la vez fue heredero de un puñado de grandes revistas que ha habido a lo largo de todo el siglo XX apoyando las relaciones entre España y Portugal. Pensábamos que ese hueco quedaba por cubrir y que era el momento oportuno para sacar una revista que tratara de dialogar con Portugal pero también con todas las literaturas que nacen en otras lenguas peninsulares. En este caso, tenemos textos en catalán y también en gallego y en el futuro podríamos incluir el vasco. Se trata de hacer una especie de tablero de juego donde puedan encontrarse las literaturas que conforman la península ibérica como un mosaico plural.

Se ha dicho que es heredera de Espacio/Espaço Escrito casi hasta en el diseño.

Este formato es un poco más grande y el diseñador es el mismo, Luis Costillo, así que se nota su sello. Suroeste toma el título de una revista que se llama igual y que dirigió en 1935 el pintor y poeta portugués Almada Negreiros. Luis Costillo ha retomado también la imagen de ese proyecto. En la contraportada hay una imagen que funciona como lema de Almada y como mapa entre España y Portugal.

¿Espacio/Espaço Escrito era inviable sin Ángel Campos?

Eso es una cuestión de los editores, pero mi opinión personal es que sí. Lo que pasa es que Espacio/Espaço Escrito era un proyecto tan lleno de Ángel que sería prácticamente imposible llevarlo a cabo, intentando ser fieles a ese nombre, sin la figura de Ángel. Era una obra construida por él. La fundaron tres personas, Álvaro Valverde, Diego Doncel y él, pero, con los años, él era el alma y todo en esa revista. En mi opinión personal, era muy complicado y los editores también compartían esa visión. Se trataba de continuar en la línea del proyecto de esa revista, intentando adaptarla a los tiempos actuales.

¿A qué lector se quieren dirigir? porque hay algunas colaboraciones que tienen casi la frescura del articulista de prensa diaria.

Esta revista trata de publicar textos inéditos tanto de poesía, como narrativa y ensayo que intenten tomar el pulso a la actualidad. Se trata de hacer una radiografía de qué literatura se escribe hoy en la península ibérica. Me viene a la cabeza un texto como el de Félix Romeo, que es un catálogo de escritores y no es un relato al uso, sino que juega con las tendencias que maneja la propia literatura, algo en la frontera de los géneros y entre el relato tradicional y tendencias que pueden estar más cerca del ensayo o de la literatura periodística o de opinión. También queremos ampliar en los próximos números el escaparate de libros. Los que vivimos a caballo entre los dos países nos encontramos con lectores de ambos lados que piden recomendaciones de libros que se escriben en el otro país. Así que hay una decena de críticos que recomendarán a los lectores de la revista un par de libros de los publicados en su país en meses anteriores, en este caso de 2010. Cada crítico elige dos libros y los propone como recomendación de lectura, buscando sobre todo a los lectores del otro lado. Esta sección nos parece útil para ese lector literario que sabe que la revista publica los textos en sus lenguas originales y que puede necesitar un pequeño esfuerzo.