
MANUEL M. NÚÑEZ
Sábado, 11 de enero 2014, 18:32
Los vecinos de Casar de Cáceres tenían hoy una cita que se ha convertido en tradición ya. El circuito deportivo de la charca ha reunido a las familias y amigos de los 38 niños nacidos a lo largo de 2013 en el municipio cacereño. Por cada uno de ellos se ha plantado un árbol y se ha colocado el nombre del niño o niña a su lado.
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"Es una forma de concienciar a las familias con el respeto al medio ambiente. Una forma, también, de celebrar esos nacimientos, que el pueblo crezca y que se echen raíces en él", argumenta Florencio Rincón. El alcalde puso en marcha esta iniciativa en el año 2007 y desde entonces se han plantado "unos 350 árboles con otras tantas placas". En la mañana del sábado se han congregado junto a la charca decenas de vecinos, la mayoría familiares y amigos de los nacidos. Uno de ellos era Mikel, que llegó al mundo el pasado 14 de mayo. Es el quinto hermano de la familia Arrieta. Isabel, la madre, trataba de reunirlos a todos para la foto junto al árbol y la placa. Estaban todos menos Borja, de 10 años, que tenía partido de fútbol. "No hemos querido faltar", reconocía la madre.
"En Casar nacen una media de 45 niños al año. Esta vez hemos estado un poco por debajo", admite Florencio Rincón, que ejercía como maestro de ceremonia. Pese a ello, el alcalde niega que la crisis sea la causa de este pequeño descenso.
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