La adaptación desde el tomate al pepino snack

Viernes, 1 de octubre 2021, 08:46

Finca Boyal pertenece al grupo Scherpenhuizen. Su origen está en la unión de cuatro socios belgas, hace más de dos décadas, que tenían interés en la zona, principalmente, por la cantidad de radiación solar. «En el resto de Europa hay menos sol, tanto en intensidad como en duración, y esto hace que sea difícil cultivar en invierno», argumenta Antonio Domínguez. La empresa se creó bajo el nombre Flandextra, pero tras varios problemas económicos, fue intervenida y salió a subasta, siendo adquirida por Scherpenhuizen.

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Comenzaron con el tomate, pero se paró la producción por un problema con mosca blanca y el virus de la cuchara que obligó a intervenir a la Junta y se prohibió su cultivo en el invernadero durante un mínimo de ocho años. «Se buscó una solución y pasamos al cultivo del pimiento de cuatro caras, hasta que dejó de ser rentable y se buscó otra solución». Apareció entonces la opción del pepino holandés y luego el pepino snack. «Realmente, es una historia de adaptación a las dificultades y todavía hoy seguimos analizando otras posibilidades de cultivos para volver a adaptarnos al mercado si fuera necesario», concluye Domínguez.

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