![El ajo bonito](https://s1.ppllstatics.com/hoy/www/multimedia/202210/07/media/cortadas/ajos--kJK--1248x770@Hoy.jpg)
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Cuando voy a comprar ajos, rebusco en la etiqueta hasta encontrar algún indicio de que ese ajo es extremeño, fundamentalmente de Aceuchal. No lo hago por patrioterismo barato, sino por puro egoísmo: el ajo de Aceuchal se pela bien, da mucho sabor y hasta es bonito. La belleza de los ajos funciona a la contra porque son más atractivos los gordos, multicoloreados y desiguales que los plateados de forma perfecta y tamaño menor. Los ajos apabullantes suelen ser extremeños, los estilizados vienen de Egipto o China. No vamos a ser xenófobos en cuestión de ajos, pero sí alertar sobre la invasión de ajos chinos falsamente congelados no sujetos a aranceles europeos y de ajos egipcios a bajo precio. El ajo chino debería pagar un impuesto como producto fresco (son los refrigerados a menos tres o menos cuatro grados) de 1,20 euros por kilo, pero se certifica falsamente como congelado (debería llegar a -20 grados) y así no paga ese impuesto. Añadamos que, según la Mesa Nacional del Ajo, el coste de producción del ajo español ha subido este año entre un 22 y un 41%. Cada español y cada europeo gasta cada año cuatro euros en ajos. No es mucho, pero la suma total convierte a este producto en motor económico de las zonas donde se cosecha, generando 16.000 empleos directos que trabajan en 29.600 hectáreas produciendo 309.000 toneladas. Extremadura es la quinta región que más ajos produce tras Castilla-La Mancha, Andalucía, Castilla y León y Madrid.
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