Adiós al peor año para el campo desde que hay registros. 2023 empezó con normalidad, pero en febrero, las heladas en el sur de España hicieron daño, aunque peores fueron las de abril. A partir de mayo, dejó de llover. Algunas lluvias al final de ... ese mes ayudaron a sobrellevar la sequía en zonas de Extremadura. Después, apareció el granizo y, en fin, el desbarajuste climático provocó que los seguros agrarios batieran marcas en España con 1.154 millones de euros en indemnizaciones. Ha sido la peor campaña de la historia en cultivos herbáceos y lo del olivar, ni te cuento: dos campañas seguidas bajando la producción. Los niveles de siembra de arroz y maíz han sido ridículos teniendo en cuenta el potencial de España, pero no había agua disponible. En el vacuno de carne, alguna alegría: han descendido las cotizaciones del pienso de cebo tras la subida de 2022 y han mejorado las cotizaciones de terneros y añojos, bajando la de vacas. Eso sí, han disminuido las exportaciones un 4% y aumentado las importaciones un 20,8%. Dos desgracias: la enfermedad hemorrágica epizoótica ha sido devastadora para los ganaderos y se perdió el 80% de la producción de cereza extremeña. Sigue cayendo el consumo de carne de cordero y cabrito en el país mayor productor de ovino y segundo de caprino de la UE. Y la producción en el sector apícola se ha reducido a la mitad. De esta situación partimos, esperemos que en 2024 vaya mejor porque como vaya peor...
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